El Madrid sacó adelante otra final con una goleada engañosa ante un rival que le apretó hasta poner en serio riesgo un triunfo que se gestó gracias al mayor acierto del equipo de Zidane. La pegada rescató al Madrid, que abrió el marcador con un gol polémico de Nacho, que marcó de saque de falta antes de que se colocara la barrera. Un gol de pillo que encrespó al Sevilla, que comprometió el triunfo blanco, cimentado en el acierto de Keylor Navas y también en los palos.

De nuevo se inclinó Zidane por las rotaciones. Casemiro, Modric, Isco y Benzema dejaron su puesto a Kovacic, James, Asensio y Morata pensando en el encuentro del miércoles ante el Celta en Balaídos. Ante el Sevilla, el equipo blanco se metió de lleno en el choque. Consciente de que un despiste podría alejarle del título, el Madrid se puso a trabajar ante un rival que tuvo que sobreponerse al primer tanto, a los palos y, sobre todo, a Navas, que salvó a su equipo en una primera mitad engañosa de la que los blancos salieron indemnes e hicieron caja con dos tantos.

Sampaoli, un contragolpe iniciado por Asensio lo remató el jugador mallorquín. El rechace lo aprovechó James para disparar y Ronaldo aprovechó el rechace de Rico para marcar a placer.

Volvió el Madrid al alambre y al vértigo. Rescató la ansiedad después de verse por delante en el marcador hasta poner un nudo en la garganta del Bernabéu. Sobre todo cuando Jovetic encontró el camino del gol tras dos tiros al palo. Zidane movió ficha con urgencia para fortalecer el centro del campo con Casemiro, primero, y Modric después. También quitó a un inoperante Morata para dar entrada a Lucas Vázquez. Con el público al filo del ataque de nervios, Ronaldo acudió al rescate con el tercer gol (m. 79) y cerrar el sufrimiento.