El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha subrayado que España ya ha recibido este año y tramita 17.000 peticiones de asilo, entre ellas 3.500 cursadas por refugiados sirios en la frontera de Melilla, y "todas" ellas van a ser atendidas.

Esta cifra, ha explicado, es independiente de las cifras que se discuten en el reparto de refugiados que plantea la UE.

"Toda persona que esté en condiciones de ser demandante de asilo" tiene "derecho al asilo", y es "evidente" que España, que "respeta las leyes internacionales", se hará cargo de "todas aquellas peticiones de asilo que sean planteadas", ha dicho el ministro en declaraciones a los periodistas antes de participar en la escuela de verano del PP.

Fernández Díaz ha señalado que "por supuesto" que el Gobierno hará frente a todos los compromisos de España en esta materia.

Además ha señalado que las iniciativas para acoger refugiados que plantean comunidades, ayuntamientos y diputaciones reflejan el "sentimiento de solidaridad, acogida e integración que tiene la sociedad española".

Lo que hay que hacer, ha añadido, es "canalizar de manera adecuada todas estas iniciativas con solidaridad y también con responsabilidad", de ahí la constitución de una comisión interministerial -anunciada por la vicepresidenta tras el Consejo de Ministros de hoy- para coordinar todos estos esfuerzos.

Ha recordado asimismo que también se ha convocado la comisión de migraciones, que depende del Ministerio de Empleo, para integrar todas las iniciativas que proceden de diversas administraciones y para que el esfuerzo de solidaridad no sea solo de acogida sino también de integración que es "el último objetivo" que se persigue para los refugiados.

El ministro ha insistido en cualquier caso en que hay que distinguir el caso de los refugiados del de los inmigrantes irregulares, a los que no les ampara el mismo marco jurídico.

Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales del PP, José Ramón García Hernández, ha señalado que el PP "tiene que ser valiente y abordar una nueva propuesta de política de inmigración", y ha criticado "el populismo dañino de izquierdas y de extrema derecha, que proponen soluciones violentas, excluyentes y xenófobas" ante la crisis migratoria en Europa.

Una crisis que ha considerado la "cara más inhumana de este siglo" y un "fracaso colectivo".