Es indudable que 2017 quedará en la hemeroteca como el año de la crisis política en Cataluña, un conflicto en lo social que afecta a otros terrenos y que tendrá consecuencias más allá de este año. Pero para nosotros, los vecinos de Almassora, el ejercicio que cerraremos en unas horas va mucho más allá de ‘fronteras’ cercanas. Mira a Europa. El día más importante para la ciudad, el 22 de mayo, día de Santa Quitèria, redobló su carácter festivo después de que nos comunicaran que la Unión Europea aceptaba la Estrategia de Desarrollo Urbano Sostenible. Es decir, que Europa concedía 5 millones de euros de los fondos FEDER para ejecutar proyectos urbanísticos de gran calado para los que el Ayuntamiento invertirá otros 5 millones de euros.

Conseguir la llegada de este dinero es un reto como nunca antes ha afrontado el consistorio que presido. De hecho, de los 36 municipios de la Comunitat que solicitaron los fondos, Almassora fue el único de la provincia que recibió la totalidad de la subvención. La concesión no se da por sorteo ni es fruto de la casualidad, sino el resultado de meses de trabajo de todos los departamentos y de la empresa externa que contratamos para presentar a la UE una idea de futuro para Almassora que no pudieran rechazar.

Menos de un mes después de aquella cita tomé las riendas de la Alcaldía para continuar un proyecto ambicioso, el más apasionante de mi vida. Desde este cargo he comprobado el inicio de las obras del trinquete municipal después de una década dando bandazos, el avance del bulevar San Jaime (que dejará atrás la pista de velocidad en que se ha convertido esta arteria de la ciudad) o las reformas en el cementerio. Sin dejar atrás el aspecto urbanístico de la ciudad, las barreras de tantas aceras que encontramos destrozadas por falta de inversión son ahora menos de las que eran en 2016 y los parques infantiles han renovado su imagen, como prometimos.

Todo es mejorable, pero valoramos de forma positiva la implantación del proyecto piloto para cambiar el sentido del tráfico en la playa para ceder más espacio y seguridad a peatones y ciclistas. Suya es la costa y está para disfrutarla. Por ello seguí con especial atención la evolución de los trabajos de regeneración y defensa de Benafelí, que el Ministerio de Medio Ambiente concluyó en otoño. La sequía que afecta a todo el país no nos es ajena y en estas fechas aún no hemos podido comprobar si los trabajos serán suficientes para frenar los temporales, pero sí les aseguro que estaremos muy pendientes de reclamar mejoras si el resultado no es el esperado.

En el extremo opuesto de nuestro término municipal, en los polígonos industriales, 2017 ha resultado un buen año. El Ayuntamiento de Almassora ha registrado más solicitudes de licencias para obras en industrias de las que recibió en 2016, hecho que apunta a una recuperación económica esperanzadora. No en vano, una de las mayores alegrías ha sido que por fin hemos bajado de 2.000 parados. Enorme satisfacción saber que estamos en niveles de ocupación previos a la crisis, pero el análisis es contenido ante la necesidad de poner fin al drama de esas 2.000 familias.

Como estas palabras no tendrían efecto sin hechos que las avalen, el presupuesto de 2018 triplica la partida que destinamos a generar empleo. En términos concretos, 783.000 euros de las cuentas municipales irán al taller de empleo, la formación, las estancias de trabajadores en los diferentes departamentos del consistorio... No juzgamos si será suficiente o no para reducir el paro, pero representa un 345% más de lo presupuestado en el año que ahora acaba.

Seguro que también contribuye a crear empleo el incremento de las inversiones previstas para 2018, que crecen un 143,65% en un año. A fin de cuentas, si el Ayuntamiento del PP destinó 90.000 euros a inversiones en 2013 y ahora reservamos 1.694.000 euros, es evidente que más empresas y más trabajadores participarán directamente del crecimiento de Almassora en este 2018. Les veremos trabajar en nuestras calles, pero también podrán comprar en nuestros comercios, ser usuarios de nuestros servicios, convertirse en clientes de nuestros negocios. Destinar más fondos a inversiones es apostar también por la creación de empleo y la economía local.

Y más satisfactorio es todavía a sabiendas de que cada vez estamos menos endeudados con la banca. Recibimos en 2015 unas cuentas con 7,3 millones de euros en créditos por pagar y ya hemos reducido esa deuda hasta los 3,2 millones. Este hecho demuestra que otra forma de gestionar el dinero público es posible, como evidencia el presupuesto de 2018, que ya avanza que reduciremos la cifra hasta los 2,8 millones antes de cruzar a 2019. Además, el presupuesto de 2018 ratifica nuestro interés por incrementar las inversiones y reducir la deuda no afectará al bolsillo del contribuyente. Los fondos propios asumirán la subida del 4,65% que implanta Reciplasa para ejecutar obras en las plantas de tratamiento de basuras, de manera que ese sobrecoste no repercutirá en los usuarios.

Solo les pido un favor para 2018: que nos ayuden a mantener una ciudad más limpia. Cuidemos del entorno del río Millars, utilicemos de forma respetuosa el mobiliario público, el servicio de recogida de enseres a domicilio, el ecoparque. Les invito a que nos trasladen todas las quejas y sugerencias que tengan. También esperamos atacar juntos la violencia contra las mujeres.

Con todo este trabajo por delante, les deseo mucha salud para que juntos podamos compartir un año repleto de metas y objetivos alcanzados. ¡Feliz 2018!