Los numerosos encantos de Peñíscola se manifiestan en todo su esplendor durante los meses de primavera. Pocos destinos reúnen una oferta tan completa, que engloba el atractivo de su historia y patrimonio con los espacios naturales, las tradicionales calles del casco antiguo y unas temperaturas que invitan a dar las primeras visitas a sus playas.

A falta de unas semanas para el comienzo de la temporada alta, quien se acerque al principal destino turístico de la provincia puede dar cuenta de la calidad de su gastronomía, con numerosas referencias basadas en los productos de la lonja pesquera y de los huertos del término municipal. A lo largo del año se suceden diferentes convocatorias gastronómicas, como las jornadas dedicadas recientemente a los arroces, langostinos y galeras, mientras que en junio está prevista una nueva iniciativa centrada en la materia prima más autóctona.

La localidad fue pionera a la hora de contar con rutas guiadas, un servicio que se ofrece en numerosos fines de semana de todo el año. La actividad es gratuita, y tan solo hay que hacer una inscripción previa en la oficina de turismo, punto desde donde salen los recorridos.

UN LUGAR DE PELÍCULA

En los últimos dos años, una de las propuestas más solicitadas son las ligadas al producto Peñíscola de cine, dedicado a la puesta en valor de los escenarios empleados en varias producciones de cine y televisión, como la célebre El Cid, el clásico de Berlanga Calabuch, o las recientes series Juego de Tronos o Chiringuito de Pepe. Las explicaciones de las rutas detallan anécdotas de rodaje e imágenes en las que se muestra cómo los escenarios naturales del pueblo se transformaron para aparecer en las pantallas.

Otro aspecto en el que destaca Peñíscola es la atracción del segmento familiar. Fue el primer destino de costa español en obtener el certificado específico para este sector. En agradecimiento a esta fidelidad hace escasos días se desarrolló una jornada conmemorativa, con talleres y un recorrido por las calles pensado para los más pequeños.

Los amantes de la naturaleza y el deporte tienen como cita inexcusable el parque natural de la Serra d’Irta, con alternativas para la práctica del senderismo, la carrera de montaña o el ciclismo. Tanto este paraje como el conjunto de la zona sur cuentan con 15 calas, que ofrecen una experiencia complementaria a las dos playas urbanas, galardonadas con la bandera azul.