Querido lector:
Junto al de Presupuestos, entre hoy y mañana tiene lugar en la cámara de representación valenciana el debate de política general más importante del año. Aquel en que el ejecutivo de Alberto Fabra expone sus principales líneas de gobierno para el próximo año (en este caso meses, hasta el mayo electoral). Un debate que ningún valenciano podrá seguir en directo por una televisión pública tras el cierre de RTVV, aunque antes tampoco lo hiciera.
Fabra tiene intención de marcar la sesión con su política económica, con una serie de propuestas estrella y haciendo balance positivo de una recuperación incipiente. Primero con la promesa de rebaja de impuestos del tramo autonómico, posible no a un cambio del modelo de financiación autonómica negada por Madrid, sino gracias a la previsión de más ingresos propios tal y como ha ocurrido este año, por el incremento de la actividad económica de la Comunitat. Y segundo, con la exposición de sus políticas de promoción del empleo y de balance de recuperación. Ambas, aderezadas con los datos positivos correspondientes a los nueve primeros meses de este año en materia de exportaciones, turismo, empleo, pagos a proveedores, equilibrio presupuestario...
Pero la oposición no entrará ahí. Apuntará a los recortes sociales, a una Generalitat intervenida y dependiente de Madrid, a los múltiples casos de corrupción que hipotecan políticamente a la Comunitat y manchan su imagen. No habrá propuestas, sino crítica y muy ácida como premonición de una campaña electoral muy dura.
Todo en un guión previsible, donde se hablará también de señas de identidad, de reformas estatutarias fallidas, del valenciano, de petición de dimisiones... y con una escenificación que también se prevé muy agria. Seguramente habrá mucha bronca parlamentaria y también una rivalidad increíble porque en ese debate deberán estar físicamente (salvo Puig y... Podemos) todos los candidatos a presidenciables, únicos o colectivos. En mucho tiempo será digna de ver una sesión así... aunque no por televisión, claro.
