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Después de las elecciones, Catalunya negocia su nuevo gobierno. Pero, una vez que se supere la investidura del presidente, sería conveniente ponerse de inmediato a gobernar y no dedicar todos los esfuerzos al impulso del proceso soberanista. Gobernar significa abordar las necesidades de los tres pilares del Estado del bienestar: sanidad, educación y políticas sociales, algo que también se necesita en el resto de España. Si es cierto, como proclaman los gobernantes que la recuperación económica es un hecho, debería notarse en los sectores más castigados por la crisis.

En el sector sanitario, es unánime la petición de recuperar un buen presupuesto. En Educación, los recortes han sido muy elevados, lo que ha repercutido en la pérdida de calidad de la enseñanza y en el crecimiento de las desigualdades en la escuela, aspectos que urge reparar. Durante la campaña electoral se ha achacado al Gobierno los recortes, olvidando que en Catalunya se iniciaron antes. Eso se ha traducido en el incremento de la pobreza, que afecta a los parados y a los trabajadores pobres. Ambas capas de población han sufrido los recortes en la renta mínima de inserción y los impagos a las entidades sociales que palían los efectos de la escasez. La lucha contra la pobreza debe ser una prioridad.