En demasiadas ocasiones, solo oímos discursos negativos, apocalípticos, cercanos al desastre total. Es cierto que, mediáticamente, tiene más venta algo negativo que positivo, salvo que esta última venga por un éxito deportivo. Sin embargo, considero que el rastro de dureza que en muchos sentidos ha golpeado la vida de los ciudadanos en años anteriores, puede verse mitigado por un 2015 con mayor brío.

Es cierto, que todavía existe una débil situación económica, con miles de personas pasándolo mal, pero no es menos cierto que las decisiones valientes del gobierno han logrado enderezar el rumbo. Nuestro país hoy tiene una fortaleza y atractivo que hace muchos años no tenía. Sin embargo, la credibilidad de nuestro país ha provocado un descenso del interés que se paga por nuestra deuda. Este año cerraremos con 5.000 millones de ahorro sobre lo previsto en pago de intereses. Por si fuera poco, la bajada del precio petróleo no está ayudando, por nuestra dependencia exterior. Ahora falta el consumo interno. La bajada de impuestos en enero 2015, junto con una mayor crecimiento del empleo y la economía provocará el resurgir de una demanda interna muy estancada. Hay razones para el sí, para generar confianza e ilusión y que ese contagio provoque empleo y eliminación de pobreza. Son, sin duda, los deseos para 2015, algo que muchos querrán negar por intereses partidistas, pero el sí está en las puertas de 2015. H

*Diputado autonómico del PP