El mes de septiembre siempre se ha considerado el mes escolar por antonomasia. La vuelta al cole concede a los niños la oportunidad de fomentar buenos hábitos y propósitos. Lo primero a tener en cuenta es que el descanso es esencial para el rendimiento académico. Adoptar una rutina en el sueño, acostándose y levantándose todos los días a la misma hora, durmiendo entre nueve y diez horas, parece esencial para el rendimiento escolar. Una vez en pie, la alimentación equilibrada también se antoja clave en la mejora del rendimiento. Así, se ha comprobado que los niños que van a la escuela con un desayuno más bien escaso, tienen problemas de atención y de memoria, con lo que ven reducido el aprendizaje.

De todos es sabido que la educación de nuestros hijos no recae únicamente en el profesorado, pues los padres juegan un papel fundamental en ello. Gran parte del éxito escolar está basado en la habilidad de los padres en fomentar en los niños constancia, esfuerzo y disciplina. Por último, transmitirles a los niños el amor por la lectura es uno de los mayores regalos que les podemos hacer. Un niño que lee no solo adquiere más vocabulario sino que también desarrolla su inteligencia, su capacidad crítica y su creatividad. En este mundo dominado por la tecnología es difícil desarrollar la pasión por la lectura. Los niños aprenden por imitación por lo que lo mejor será que nos vean con frecuencia con un libro en las manos. H

*Psicólogo clínico