El "vertiginoso" consumo de chucherías en España y el mundo "atenta contra la salud y el sano desarrollo de los más chicos", a quienes se "premia" con la compra de estos productos, que "enganchan" más que el tabaco, asegura Diego Rivera, experto en tecnología de los alimentos.

Rivera, que participa en la feria BioCultura que se celebra en Madrid hasta el 3 de noviembre, sostiene que "las chuchesy hay que dar la voz de alarma.

Los colorantes sintéticos, hasta 17 en algunas chuches de gamas cromáticas, y los aceites hidrogenados, que las hacen elásticas y aún así comestibles, son los principales "venenos" identificados por el experto.

Según explicó Rivera, miembro de la Organización No Gubernamental Asociación Vida Sana, las golosinas o chucherías que consumen "casi a diario" los niños "y los no tan niños" son una amasijo de aditivos, saborizantes, colorantes y espesantes que "atentan contra la salud y ponen en peligro el correcto desarrollo físico y emocional".

Los colorantes que hacen naranja, rojo y amarillo a las golosinas son "reconocidos precursores cancerígenos y alergénicos" de la familia de los azoicos, en los que el grupo azo, como cromoforo (para dar color), al reducirse da lugar a aminas aromáticas que tienen potencial cancerígeno demostrado, especificó el experto en alimentación.