Con más frustración que esperanza para el colectivo homosexual concluyó el pasado fin de semana el Sínodo sobre la Familia en el Vaticano. Las expectativas de una Iglesia más abierta con los homosexuales quedaron sepultadas bajo 94 párrafos de pura ortodoxia. A pesar del discurso amable del papa Francisco, el Vaticano sigue cerrado a cal y canto a la homosexualidad. Al menos de puertas afuera.

A 9.000 kilómetros de distancia, en Río de Janeiro, un hombre muestra la pantalla de su ordenador portátil: “Cuando la gente vea esto, su visión de la Iglesia cambiará para siempre”. No es un farol. Las 500 horas de grabaciones del documentalista brasileño Dener Giovanni podrían ser la bomba que lance por los aires las puertas de la hipocresía en la mayor institución religiosa del planeta. Durante dos meses, este brasileño grabó las relaciones sexuales que mantuvieron a través de internet más de un millar de religiosos católicos, anglicanos, protestantes y ortodoxos de 36 países, entre ellos España.

El resultado de tanto frenesí, el documental Amores santos, promete hacer temblar las iglesias de medio mundo en su estreno previsto en enero del 2016. “Te sorprenderías de lo realmente fácil que es mantener cibersexo con un sacerdote de Suecia aunque no sepas una palabra de sueco”, explica este brasileño conocido en su país como documentalista.

“Quería comprobar si había alguna relación entre el mensaje homofóbico de la Iglesia y la violencia”, asegura Giovanini, quien inició su proyecto creando tres perfiles en Facebook haciéndose pasar por un joven homosexual en busca de orientación religiosa. Un inicio que rápidamente derivaría a sesiones de “16 horas de cibersexo al día”, incluso con “más de 15 sacerdotes a la vez”.

“Recuerdo perfectamente la primera vez que uno de los religiosos propuso realizar cibersexo a través de Skype. Era un párroco de 80 años desnudo en medio de una sacristía, gimiendo y eyaculando junto a una imagen de la Virgen María”, relata. Unos días antes, Giovanni había tenido que recurrir a un actor profesional ante la insistencia de muchos de los sacerdotes en mantener relaciones sexuales a través de internet. El elegido para tan difícil papel fue el actor homosexual de 25 años Darico Macedo. H