El futuro catálogo de especies exóticas invasoras que prepara el Gobierno ha abierto una brecha entre ecologistas y defensores de los animales, dos colectivos que a veces van de la mano en la defensa de ciertas causas, pero que en esta ocasión no logran reconciliar sus posturas.

El listado de animales invasores, cuya aprobación está prevista para final de año, se regulará mediante un real decreto que establece la relación de especies (más de 150) de cuya “erradicación” deberán encargarse las comunidades autónomas. El texto otorga a los perros y gatos asilvestrados que se encuentren en libertad la misma consideración que estas especies, por lo que correrán idéntica suerte.

Esta perspectiva ha llevado a Equanimal, una asociación de defensa de los animales, a protestar ante el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino. “La ley tiene un fundamento ecologista, pero esconde intereses económicos”, explica Daniel Dorado, abogado especialista en derechos de los animales. “Se han indultado algunas especies útiles para la pesca”, como el siluro, la perca americana, la carpa o el pez gato, denuncia.

En el extremo opuesto, los colectivos ecologistas celebran la medida. Para Miguel Ángel Soto, responsable de la campaña de bosques de Greenpeace, la regulación de estas especies era una necesidad. “Llevamos años demandando su eliminación. El impacto ecológico y la degradación de ecosistemas que producen es brutal”. Cita, entre las especies más problemáticas, algunas ya conocidas, como el mejillón cebra, que estropea los filtros de las depuradoras, pero también otros animales. “En el Ebro, los castores están acabando con especies autóctonas como las nutrias”, afirma. H