Los técnicos especialistas en desactivación de artefactos explosivos (Tedax) de la Guardia Civil continúan analizando el origen de la bombeta antisonar que unos bañistas encontraron en la tarde del sábado en la playa Norte de Peñíscola, como ya publicó ayer Mediterráneo.

Al parecer, como detallaron fuentes consultadas, el proyectil --de los usados por los submarinos de la Armada en las maniobras-- estaba desactivado y sin mecanismo de artificio.

La bombeta antisonar es un cilindro de aluminio empleado por los submarinos españoles para confundir el sonar de los buques de superficie y evitar ser detectados o seguidos. Contiene un componente químico que al entrar en contacto con el agua provoca una reacción que produce burbujas de aire. H