La historia se repite. Los huertos abandonados de la Plana Baixa vuelven a ser escenario de incendios de pequeñas dimensiones supuestamente intencionados. Unos rasgos que recuerdan al modus operandi del llamado pirómano de la Plana, término acuñado el año pasado tras la oleada de incendios que azotó la comarca.
El intendente de la Policía Local de Vila-real, Ramón Martínez, reconoce que se ha producido un aumento en la cifra de incendios que ha coincidido con la llegada del calor. Así, explica que, en lo que va de año, en Vila-real se han producido alrededor de 49 fuegos en zona agrícola, sobre todo, de huertos abandonados. De ellos, 31 se han producido en periodo estival. “La mayoría de ellos son incendios de matorral de hierba seca y, al parecer, intencionados”, indica el mando policial.
MOVILIZACIÓN // Aunque, según manifiesta, los daños económicos que representa el incendio no son importantes, sí hay que tener en cuenta el perjuicio que supone si se tiene en cuenta el importante despliegue de recursos, tanto de policía local como de medios de extinción que representan.
Asimismo, llama la atención, indica, que, cuando se prende fuego en un descampado, simultáneamente esa misma tarde siempre se produce más de uno.
De hecho, el pasado junio ya fue detenida una persona que fue sorprendida, supuestamente, prendiendo un fuego.
Por su parte, el Consorcio Provincial de Bomberos viene atendiendo en las últimas semanas una media de 2 incendios de huertos abandonados por día, la mayoría en Vila-real, Burriana, la Vall, Almassora y Moncofa, que afectan a una media de entre 500 y 1.000 metros cuadrados.
En una misma jornada han llegado a tener que apagar hasta siete. Sin ir más lejos, ayer fueron dos. Demasiados para que todos ellos sean fruto de una quema que se ha escapado de las manos o a la combustión por calor.
Se sospecha que muchos han podido ser intencionados. No obstante, la investigación --de hacerse-- corresponde a las fuerzas y cuerpos de Seguridad del Estado --Guardia Civil y Cuerpo Nacional de Policía--. H
