Se acaba el tiempo. Los comercios de Castellón que mantienen el régimen de renta antigua tienen apenas tres meses para renegociar sus alquileres con los propietarios de los locales. El 1 de enero del 2015 expiran todos los contratos de arrendamiento firmados antes del 9 de mayo de 1985, al caducar la prórroga concedida a este tipo de inquilinos comerciales que siguen rigiéndose por la Ley de Arrendamientos Urbanos (LAU) de 1964. Una ley que mantiene hoy en día contratos de alquiler que fluctúan entre los 100 y los 300 euros de cuota mensual en pleno centro de ciudades como Castellón, Vila-real, Vinaròs o Almassora y que ahora se verán obligados a pagar hasta un 400% más. Y para muchos de estos establecimientos, que han ido pasando de padres a hijos generación tras generación, esta actualización de rentas les pilla en el peor momento, tras casi seis años consecutivos con la recaudación en caída libre.

El último informe La Distribución Comercial de la Comunitat Valenciana, que todos los años elabora la oficina Pateco de Comercio y Territorio, estima que una de cada diez tiendas está afectada por el cambio de legislación. Eso significa que, en Castellón, casi un millar de los 9.012 establecimientos van a verse obligados a negociar al alza (si no lo han hecho ya) los precios del alquiler. Entre esos comercios hay ferreterías, papelerías, droguerías, perfumerías, corseterías, cafeterías, negocios de ultramarinos... Y la mayoría se localizan en las calles del centro de las principales localidades de la provincia.

Aunque algunos arrendatarios afectados todavía ignoran las dificultades que se les avecinan, hay otros que ya han solucionado el problema. “Las informaciones que tenemos son que, en general, hay muy buena voluntad por parte de los propietarios de los locales de armonizar intereses y llegar a acuerdos con el inquilino”, explica José Luis Verchili, presidente de Centre Ciutat Castelló.

LOCALES VACÍOS // Las circunstancias actuales, en cierta manera, juegan a favor del inquilino. En una provincia con más de 10.000 locales comerciales vacíos, muchos propietarios prefieren ingresar menos que arriesgarse a tener el local cerrado. “Muchas veces el dueño del local prefiere un pacto con el comerciante antes que ver cómo su bajo pasa a engrosar la lista de locales cerrados”, dice Encarna Sanchis, presidenta de la Confederación de Comerciantes de la Comunidad (Covaco).

Pero aunque en algunos casos reina el entendimiento, en otros el panorama es distinto. Antonio (pide que no se publique su apellido) regenta un comercio de renta antigua en Castellón. Hasta ahora pagaba 100 euros de alquiler. “El propietario me pide 600 y yo lo más que puedo aceptar son 350 euros. Las ventas de ahora nada tienen que ver con las de hace años y no puedo asumir más gastos. Si el dueño del local no baja del burro no tendré más remedio que echar el cierre”, pronostica. Antonio y su casero tienen aún unos meses para entenderse. H