Olivos, almendros, naranjos... pero también alcachofas y lechugas sufren las consecuencias de seis meses sin lluvias. O, como mínimo, con muchísimas menos precipitaciones de las que deberían haber caído hasta esa época del año. Casi todas las comarcas de Castellón se están secando. Las altas temperaturas, que marcan récords históricos (por encima de los 31 grados en pleno mes de octubre) y la falta de lluvias se han aliado contra la actividad agropecuaria y el medio rural de Castellón.

Los principales cultivos, como los olivos y los cítricos, están a las puertas de abrir una temporada que se augura nefasta. “En el caso de los frutos secos o los olivos hay un descenso de la cosecha muy grande y las pérdidas para los agricultores van a ser cuantiosas”, explica Vicent Goterris, delegado provincial de la Unió de Llauradors i Ramaders.

La falta de agua provocará que la cosecha de almendra se reduzca a la mitad y, además, será un 41% más baja respecto a las previsiones iniciales efectuadas el pasado mayo. En el olivo, y según cifras de la Unió, la merma de producción será de casi el 5% sobre la media de las últimas campañas. “Solo para estos dos cultivos del interior las pérdidas se aproximarán a los 9 millones de euros”, estima Goterris.

En el Alto Palancia, las aceitunas son pequeñas y de color negro. “Deberían estar todavía verdes y la de ahora va a ser la peor campaña en años”, cuenta el productor Julián Calpe.

Pero no solamente olivos y almendros se ven duramente castigados por la escasez de lluvias. Los cítricos, el principal cultivo de la provincia, serán este año más pequeños de lo normal y la inmensa mayoría de los citricultores, desde Vinaròs a Almenara, se han visto obligados a multiplicar los costes de producción al verse obligados a regar una y otra vez. “Tenemos en marcha los motores prácticamente desde mayo, y sin parar, y eso es el doble de tiempo de lo habitual”, argumenta Ángel Batiste, un productor de la comarca del Maestrat.

CAMPOS CON MÁS PLAGAS // Además de necesitar más agua re riego, la falta de lluvias también ha llenado los campos de plagas. “No llueve y hace mucho calor y eso posibilita que las plagas se extiendan y que el control de las mismas resulte muy complicado, ya que en pleno octubre existe una gran población de mosca en los campos”, añade el delegado provincial de la Unió.

Donde también se habla, y mucho, de la sequía es en Benicarló. Allí, como en el resto de la provincia, hace muchos meses que no llueve en abundancia y la falta de agua ya tiene una primera víctima: la alcachofa. “Los agricultores están preocupados, ya que la planta no se ha enternecido lo suficiente y las primeras alcachofas no tienen buena calidad”, explica Sebastián Torres, responsable de hortalizas de Benihort. H