Siempre hay un momento en el que necesitamos escapar de la rutina, para encontrarnos con nosotros mismos. Conseguir que cuerpo y mente vuelvan a conectar. En definitiva, relajación y equilibrio. Pero conseguirlo, ¿es sencillo?

Sobre la búsqueda del equilibrio saben mucho en la India. De aquí es de donde procede una técnica milenaria conocida como Ayurveda. Solo su nombre ya dice mucho: Ayur, que significa duración de la vida; y Veda, verdad y conocimiento. Cada sesión de esta técnica suele tener una duración de 60 minutos y se divide en dos fases: Prana y Dara. Lo mental y sentimental, junto a lo físico.

Si vamos a adentrarnos en este tipo de técnicas, es importante hacerlo a través de profesionales que nos sepan guiar hacia el camino de la relajación y el encuentro con el equilibrio. El Thalasso Hotel El Palsaiet en Benicàssim, por ejemplo, es uno de los centros basados en la salud y bienestar que ofrece el masaje Prana y Dara.

¿EN QUÉ CONSISTE?

Su objetivo es centrarse en los puntos marma del cuerpo. En muchas ocasiones es nuestra cultura occidental la que nos aleja de ellos, pero aprender a valorarlos es una manera de empezar a conocernos.

Con una luz tenue, escuchando lo que la mente susurra, sentiremos cómo empiezan las presiones en los diferentes puntos energéticos del cuerpo. Es así como la parte Prana busca el desbloqueo, o lo que es lo mismo, la búsqueda del equilibrio o flujo vital. A medida que los minutos pasan, las sensaciones aumentan, pero cuando se inicia la parte Dara (la oleación o purificación) éstas se convierten en una bomba en el interior. ¿El resultado? El cuerpo recupera esa sensación de relajación que la rutina ha borrado y la mente se queda en blanco, se aleja de todo para crear una imagen de bienestar.

Y de esta manera, los beneficios del Prana y Dara acaban siendo una de las mejores técnicas para combatir las tempestades del día a día.