Decenas de niños vinculados a la parroquia Santa Isabel de Vila-real protagonizaron ayer el tradicional belén viviente que esta iglesia de la ciudad recrea cada año por estas fechas. El tiempo acompañó y las inmediaciones de la iglesia volvieron a ser el escenario elegido para llevar a cabo esta peculiar y especial representación que, en cada nueva edición, atrae a cientos de vila-realenses y de personas de municipios vecinos. En la representación no faltó ningún detalle, ni en cuenta a personajes ni ambientación se refiere. El resultado fue magnífico.