El nuevo Palau de Justícia, cuyas obras acabaron recientemente y está a la espera de su apertura definitiva, y la reubicación del Recinte Fester de Vila-real en la zona del párking público existente junto al hipermercado Carrefour, son las dos grandes razones por las que la Junta de Festes se ha visto obligada a trasladar el castillo de fuegos artificiales de las fiestas patronales de la Mare de Déu de Gràcia, que desde hace años se disparaba desde este punto, hasta la recién estrenada urbanización del PAI Alaplana, donde aún no hay edificios construidos.

Así lo indicó el presidente del organismo festivo, José Pascual Colás, quien explicó que el cambio de ubicación respondía única y exclusivamente a razones de seguridad, tanto por el hecho de quedar junto al espacio festero como por la existencia de la nueva sede de los juzgados, un inmueble totalmente acristalado, motivo por el que las fuerzas de seguridad desaconsejaron el lanzamiento del castillo de fuegos desde su emplazamiento ya tradicional, ya que podría haber algún accidente.

En cualquier caso, Colás explicó a Mediterráneo que este traslado irá acompañado de una serie de actividades complementarias, con la finalidad de que la participación sea “igualmente masiva”. De esta forma, el presidente de la Junta de Festes señala que el castillo, “como siempre, estará precedido por la tradicional traca, aunque esta vez se disparará a las 23.00 horas, es decir, media hora antes de lo habitual”.

Además, Colás aseguró a este rotativo que esta “no es la primera vez que se modifica el emplazamiento del castillo de fuegos artificiales que pone punto final a los festejos patronales y tampoco el cambio de hora de la traca que le precede, ya que se ha hecho en otras ocasiones”.

Y añadió: “Confiamos en que sea también un acto de gran participación, teniendo en cuenta que desde la plaza Major hasta la nueva ubicación de este año hay unos 15 minutos a pie y, además, la gente lo pasará bien gracias al correfoc que se ha preparado para esta ocasión”. H