El Ayuntamiento de Vila-real, a través de la empresa de limpieza viaria, ha creado una brigada específica para erradicar de calles y jardines los excrementos de perros, a la vez que lavar con agua a presión las esquinas de los edificios y farolas, lugares de habitual uso por los canes para orinar.

En concreto, desde hace unas dos semanas, el consistorio vila-realense dispone de una máquina que, sobre un pequeño camión, recorre los distintos barrios para, paulatinamente, adecentar calles, esquinas y jardines.

“La primera zona en la que se ha actuado ha sido en el entorno de la Mayorazga y del parque canino de la zona norte, donde la gente, incluso, nos ha felicitado por el resultado que está dando este nuevo servicio”, explica la concejala del área de Contratación, Sabina Escrig. En la actualidad la brigada trabaja en los alrededores de la biblioteca central y del Passeig Solades.

“La idea es erradicar de la vía pública la suciedad que genera el incivismo de algunos ciudadanos, que no recogen los excrementos de sus mascotas y dejar que orinen en sitios como esquinas o mobiliario público”, señala la edila Escrig, quien añade que la iniciativa se enmarca en la campaña Vila-realment neta, de la que en próximos días se informará a las asociaciones de vecinos y en la que también se incluirá un concurso de dibujo con el que pretenden que los niños “digan cómo quieren ver a su ciudad en el aspecto de la limpieza”.

PARQUE CANINO // Precisamente, los primeros trabajos de esta brigada de retirada de las cacas y el orín de perros se han desarrollado en una zona de la ciudad que, en las últimas semanas, está siendo objeto de controversia --de la que se ha hecho eco Mediterráneo-- relacionada con el parque canino existente en la esquina de las avenidas França y Grècia, donde residentes próximos a este espacio denuncian molestias por los ruidos de los perros que utilizan el parque en cuestión.

Unas molestias que los usuarios tratan de minimizar, aunque se muestran dispuestos a mantener un encuentro a tres bandas --Ayuntamiento, vecinos denunciantes y quienes usan este espacio--, con el objetivo de llegar a un acuerdo que permita seguir utilizando este área habilitada por el consistorio para su utilización exclusiva por los canes.

En cualquier caso, la concejala Escrig asegura que, de no llegarse a un entente entre las partes, muy probablemente se optará por adecuar una zona verde ubicada a unos cien metros de la actual y que no es utilizada por el vecindario --aunque sí para hacer botellón los fines de semana-- para reubicar el perri-parque y, de esta forma, poner fin a las quejas de una parte de los residentes. H