El Ayuntamiento de Vila-real negocia desde hace un tiempo la adquisición de un terreno anexo al cementerio municipal para incrementar su capacidad y alargar su vida útil. Así lo ha confirmado a Mediterráneo la concejala encargada del área, Rosario Royo, quien indica que “este año la prioridad es acabar los trabajos que ya se han iniciado, pero también poder conseguir una zona verde, lo que permitiría dotar de mayor esponjosidad a este recinto y redactar un proyecto de ampliación para que el camposanto nos pueda durar muchos años”.

Royo explica que “en este primer semestre, nuestro objetivo es acabar los trabajos que se están acometiendo, como llevar a cabo los panteones verticales de titularidad municipal que anunciamos recientemente y reparar los techos de tres manzanas de nichos que están en mal estado y requieren una actuación”.

No obstante, la edila se ha propuesto para su concejalía un plan mucho más ambicioso. “Después de varios años trabajando en solucionar los problemas del día a día del camposanto, al tiempo que se ha intentado realizar algún proyecto novedoso para ganar espacio, ahora estamos estudiando la consecución de unos terrenos que están situados junto al recinto, con la finalidad de seguir en la línea de mejora y engrandecimiento del cementerio iniciada al comenzar la legislatura”, con el actual equipo de gobierno cuatripartito al frente de la gestión.

“Una vez negociada esta cuestión y logrado el suelo necesario”, apunta, “podríamos comenzar un proyecto de ampliación que nos permitiría dar una solución prácticamente definitiva al espacio, porque lo haría viable y le alargaría la vida por mucho tiempo más del previsto ahora”.

CADUCIDAD // Y es que a finales del 2011, tan solo cuatro meses después de iniciar su andadura el ejecutivo liderado por el socialista José Benlloch, desde la concejalía que encabeza Rosario Royo ya se anunció un plan de actuación para alargar la vida útil del camposanto local de los 10 años previstos hasta entonces a, al menos, otras tres décadas.

Un programa que incluía la construcción de casi 3.000 nichos nuevos, para lo que se pretendía recuperar todo el muro perimetral de este espacio, en el que existen cientos de sepulturas de principios del siglo XX, muchas de ellas sin uso o abandonadas.

A la negociación del terreno que se requiere para ampliar el cementerio, se suman una serie de iniciativas, encaminadas todas ellas a sacar el máximo aprovechamiento de este recinto, de manera que no sea necesario a medio plazo construir un nuevo camposanto, pese a estar previsto en el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU). H