Vila-real ha impulsado obras e inversiones por valor de 3,9 millones de euros desde diciembre del 2013, tal y como reveló el alcalde, José Benlloch, en el balance que ofreció sobre el impuesto de construcciones y obras (ICIO).

Este tributo fue suprimido entre junio del 2012 y finales del pasado año. A partir de esa fecha, se volvió a instaurar, aunque “con un tipo del 2%, el más bajo de la provincia”. Los 20 proyectos constructivos que se han acometido han reportado a las arcas municipales durante los últimos meses cerca de 80.000 euros. No obstante, para el munícipe, lo más destacado es que “durante la época en la que no se cobraba la tasa, se llevaron a cabo actuaciones por un importe cercano a los nueve millones de euros y el consistorio dejó de percibir 350.000 euros”.

“Es un balance muy satisfactorio, pues se han atraído a la ciudad importantes inversiones, como McDonald’s, Springfield o Mercadona; se han producido ampliaciones de empresas locales, como Porcelanosa; o se ha desarrollado Vila-center”, aseveró. En este sentido, recordó que “la medida hizo decantarse por Vila-real a importantes mercantiles para implantar sus negocios y no por otras localidades, lo que ha implicado la creación de puestos de trabajo y que las firmas locales puedan desarrollar proyectos”.

Asimismo, aclaró que “teníamos presente que el impuesto se debía recuperar, porque tampoco era justo que se mantuviera esta ventaja en el tiempo para aquellas compañías que habían preferido invertir en Vila-real justo en el peor momento de la crisis económica que sufrimos”.