La ciudad de Vila-real ha perdido en los últimos cinco años cerca de 1.000 habitantes. En concreto, y comparando los datos oficiales de fecha 1 de enero del 2010 con los que obran en el consistorio a día de hoy, el municipio cuenta con 832 vecinos menos. Un dato este que puede variar en función de la regularización de las bajas que se tramitan de oficio por el Ayuntamiento cuando los vecinos en cuestión no comunican que se marchan de Vila-real.

De esta forma, de los 51.564 ciudadanos censados hace un lustro se contabilizan ahora 50.732, según los datos facilitados por el Ayuntamiento a Mediterráneo.

El número está todavía un tanto lejos de la barrera de los 50.000 habitantes, que se sobrepasó en el 2008 y que permitió al consistorio vila-realense pasar de 21 a 25 concejales. Algo que podría revertirse en el supuesto de que la ciudad volviera a quedarse por debajo de esos 50.000 vecinos.

Y es que, como ejemplo, las bajas totales en el censo poblacional a lo largo del 2014 --oficializado con fecha 1 de enero del 2015--, superaron con creces las altas que se produjeron en el ejercicio pasado. Los números hablan por sí solos: 1.770 personas pasaron a engrosar la cifra de habitantes de Vila-real, mientras que 2.270 se marcharon a otro lugar o fallecieron.

EXTRANJEROS // De los datos se desprende que el colectivo de extranjeros que en los últimos años llegaron al municipio en busca de trabajo es el que copa la mayoría de las bajas. Algunos comunican en tiempo y forma su decisión, pero otros no advierten de ello, de manera que el departamento de Estadística tiene que iniciar de oficio el expediente para dejar de contabilizarlos como ciudadanos vila-realenses, un proceso que, según apuntan fuentes municipales, suele prolongarse por espacio de un año desde el momento en que se conoce la nueva situación.

“En muchos casos, son los nuevos inquilinos de pisos alquilados los que advierten, cuando vienen a darse de alta en el censo, de que los anteriores moradores han abandonado el municipio”, señalan las mismas fuentes. H