España produce alrededor del 20% de las cerezas que se consumen en Europa y forma, con Francia, Italia y Alemania, el cuarteto de los productores europeos más destacados (el 85% entre los cuatro). A nivel mundial destacan Rusia, Australia, Canadá, Chile, Argentina y algunos países asiáticos.

Los cultivos del Valle del Jerte (Extremadura) son famosos desde hace años tanto por su cantidad como por su calidad (su cereza está protegida por una denominación de origen). Allí se concentró la producción española hasta 1975, pero fue por esa época cuando empezaron a surgir nuevos cultivos: en el Valle del Ebro, Alicante, Castellón, Valencia, Barcelona, Zaragoza, País Vasco y Navarra.

Los principales productores del hemisferio sur son Chile, Australia, Nueva Zelanda, Argentina y Suráfrica y solo estos dos últimos mantienen la comercialización del fruto hasta la cuarta semana de febrero. Los exportadores españoles han conseguido buenas cuotas de mercado en Alemania y el Reino Unido y su reto es ampliar el mercado francés, próximo geográficamente pero muy lejano comercialmente.