Día Mundial de la Cefalea

Sigue la incomprensión hacia la migraña: un 60% de los afectados se siente estigmatizado en su trabajo

Médicos y pacientes dan pautas a las empresas sobre cómo ayudar a las personas con migraña, para que puedan seguir con su trabajo y no tengan que pedir una incapacidad

El estrés, la tensión o la angustia son factores ambientales que pueden desencadenar o empeorar un episodio de migraña.

El estrés, la tensión o la angustia son factores ambientales que pueden desencadenar o empeorar un episodio de migraña. / Freepik

Patricia Martín

La migraña está considerada como la séptima patología más prevalente del mundo y en España se calcula que la padecen más de cinco millones de personas. Pese a ello, sigue siendo una enfermedad bastante desconocida e incomprendida, lo que perjudica aún más a los pacientes. De hecho, el 62% afirma que se siente estigmatizado en el trabajo, normalmente por compañeros o jefes que piensan que es un 'simple dolor de cabeza' que el afectado usa como excusa para no trabajar.

Ante ello, con motivo del Día Mundial de la Cefalea, que se celebra este 19 de abril, la Asociación Española de Migraña y Cefalea (AEMICE) ha publicado la guía ‘La migraña en el trabajo. Claves para promover un entorno laboral más inclusivo’, en la que han participado expertos de varias disciplinas, con el fin de facilitar la comprensión en el entorno laboral de las personas con migraña.

Aunque existen más de 200 tipos de cefaleas, la tensional y la migraña son las más habituales, junto con la cefalea por racimos. Cefalea es un término que se usa para definir cualquier tipo de dolor de cabeza, pero se sufre migraña cuando el dolor (y otros síntomas) se presenta en forma de crisis o ataques, de forma episódica, entre 9 y 14 días al mes o de forma crónica, más de 15 días al mes.

Los pacientes nos sentimos incomprendidos en nuestros trabajos porque muchos compañeros piensan que nos queremos aprovechar

Inma Martín

— Paciente con migraña

“Los pacientes nos sentimos totalmente incomprendidos en nuestros trabajos y, sobre todo, por nuestros compañeros porque -debido a su desconocimiento- muchos piensan que nos queremos aprovechar. Las personas con migraña tenemos dificultades cuando sufrimos una crisis pero cuando estamos bien trabajamos como cualquier otra persona e, incluso, podemos recuperar el tiempo perdido”, explica Inma Martín, paciente y secretaria de AEMICE.

Adaptación del trabajo

Ante ello, la guía aconseja a las empresas informarse sobre la enfermedad, facilitar entornos que reduzcan la hipersensibilidad a la luz, zonas de trabajo silenciosas y crear espacios ventilados y libres de fuertes olores, para evitar que aparezcan o se agraven las crisis.

Asimismo, recomienda facilitar el teletrabajo, la flexibilidad horaria, evitar que los pacientes con migraña tengan trabajos a turnos o con horarios nocturnos y valorar la posibilidad de cambiar al trabajador de puesto de trabajo si es necesario para ayudarle a reducir los síntomas.

Con la publicación de la guía lo que pretendemos no es aconsejar a los pacientes con migraña que pidan una incapacidad sino al revés, que el trabajo se adapte a cada paciente

Isabel Colomina

— Presidenta de AEMICE

“Con la publicación de la guía lo que pretendemos no es aconsejar a los pacientes con migraña que pidan una incapacidad sino al revés, que el trabajo se adapte a cada paciente con migraña. Sabemos que hay muchos casos en los que la migraña hace incompatible la actividad laboral. Esta guía se centra en la mayoría de casos en los que la enfermedad es compatible. Pero si algún factor que desencadena la crisis de migraña, la empresa sea facilitadora y cuide la salud de sus trabajadores”, subraya Isabel Colomina, presidenta de AEMICE.

Existen muchos factores de riesgo desencadenantes de la migraña o las cefaleas. Algunos de ellos no son modificables, como puede ser la edad, ser mujer o la predisposición genética. Pero otros sí son modificables, como la obesidad, el estrés, la depresión o padecer algún trastorno del sueño.

La automedicación

Además, entre los factores cronificadores se encuentra la falta de diagnóstico y la automedicación. La Sociedad Española de Neurología (SEN) calcula que el 40% de los pacientes con dolor de cabeza habitual está sin diagnosticar, entre otros motivos porque existe el estereotipo de que es una dolencia normal y que se soluciona con analgésicos. De hecho, la mitad de los pacientes con cefalea se automedica con fármacos que se pueden adquirir sin receta.

Se calcula que entre un 1% y un 2% de las cefaleas primarias se deben al abuso de la medicación

El problema es que la automedicación puede agravar la situación. Se calcula que entre un 1% y un 2% de las cefaleas primarias, aquellas que son una enfermedad en sí misma y no consecuencia de otra enfermedad, se deben al abuso de la medicación.

Ante ello, los médicos recomiendan que se acuda al médico siempre que el dolor deje de ser esporádico y se sufra varias veces al mes e interfiera en las actividades diarias. “No todos los dolores de cabeza se tratan igual, por lo que es fundamental identificar correctamente el tipo de dolor de cabeza que se padece y, sobre todo, intentar que no aumente la frecuencia de las crisis y que la cefalea se cronifique, porque sin diagnóstico y sin tratamiento, no solo limitaremos cada vez más nuestra calidad de vida, sino que será cada vez más complicado que respondamos adecuadamente a los tratamientos”, explica el doctor Pablo Irimia, Coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la SEN.