El juicio se celebra este jueves en la Audiencia

Un caco se enfrenta a 11 años de cárcel por 27 robos en viviendas de Castellón

El acusado estuvo huido de la justicia y pudo ser detenido con una orden de búsqueda internacional

Sustrajo dinero y joyas en Onda, la Vall d'Uixó o Burriana

Agentes de Policía Científica en imagen de archivo.

Agentes de Policía Científica en imagen de archivo. / MEDITERRÁNEO

Un ladrón reincidente y vecino de Onda se sienta este jueves en el banquillo de los acusados de la Audiencia Provincial para responder por los 27 robos en domicilios que, presuntamente, cometió en la provincia entre 2018 y 2019. La Fiscalía, que pide para él 11 años de cárcel, lo acusa de delitos de pertenencia a organización criminal, continuado de robo con fuerza en las cosas cometido en casa habitada y falsedad en documento oficial.

El ladrón, que actuó en compañía de otras tres personas ya condenadas, estuvo en paradero desconocido y fue objeto de una orden de detención nacional, europea e internacional. Ahora y desde el pasado año, se encuentra en prisión preventiva, a la espera de juicio.

El grupo delincuencial actuó en domicilios de Castelló, Burriana, la Vall d’Uixó, Onda y en las localidades valencianas de Chiva, Aldaia y Torrent. Según el escrito de acusación provisional de la Fiscalía, actuaban de común acuerdo y de forma organizada para la comisión de robos en domicilios, perpetrados en diversos municipios de la Comunitat.

En primer lugar, observaban y vigilaban los objetivos, procedían al timbrado en reiteradas ocasiones desde el telefonillo del portal, para posteriormente marcar las puertas con un palito u objeto de similares características, accediendo, en la mayoría de las ocasiones a los domicilios elegidos, mediante fractura de bombín y en alguna otra con el método del resbalón, portando alguno de ellos las herramientas necesarias.

Revendían los objetos en Rumanía

Una vez en el interior de las viviendas, realizaban su registro para apoderarse fundamentalmente de dinero y joyas. Muchos de los objetos obtenidos mediante los robos eran enviados a Rumanía para su comercialización.

El acusado señalaba los objetivos y aportaba los vehículos utilizados y, más tarde, también accedía a las casas. De los domicilios se llevaron relojes de la marca Rolex, divisas extranjeras, joyas de oro, tablets, cámaras de fotos, bolsos de marca, zapatillas de niña sin estrenar, dinero en efectivo, iPhones, maquinillas de afeitar, un pulsómetro, mochilas y una Play Station con juegos, entre muchos otros enseres sustraídos.

En el registro de la casa del acusado también se encontraron diversos útiles aptos para la apertura de las puertas y herramientas tales como llaves inglesas, un pico de loro y diversas llaves.