ECONOMÍA

La última DANA afecta a 5.100 fincas de naranjas de Castellón con daños de 4 millones de euros

Más de la mitad de parcelas perjudicadas en la Comunitat se encuentran en Castellón

Imagen de fruta afectada por el granizo en un campo de Castellón.

Imagen de fruta afectada por el granizo en un campo de Castellón. / MEDITERRÁNEO

Elena Aguilar

Elena Aguilar

El clima le está jugando una mala pasada al sector citrícola de Castellón. Y lo está haciendo por partida doble. Si primero fue el inusual calor de los meses de septiembre y octubre lo que ha multiplicado la incidencia de plagas como la araña roja o la mosca del Mediterráneo, las fortísimas precipitaciones del pasado fin de semana y, sobre todo el granizo caído, han dejado decenas de kilos de naranjas y mandarinas afectadas por la piedra y, por tanto, inservibles desde el punto de vista comercial. La incidencia es tan importante que solo los daños en la fruta se acercan a los 4 millones de euros.

Agroseguro, la agrupación española de entidades de aseguradoras de los seguros agrarios combinados, ha hecho ya cálculos y acaba de estimar las indemnizaciones por los daños causados en el campo por la DANA registrada durante los pasados viernes y sábado, 11 y 12 de noviembre. Y Castellón se lleva la peor parte. Así, y según las primeras cifras que maneja esta entidad, la extensión del siniestro será de 5.100 parcelas en la provincia repartidas en 1.350 hectáreas, la inmensa mayoría situadas en localidades de la Plana Baixa como Nules, Burriana, les Alqueries y Vila-real. «En el conjunto de la provincia los daños ascienden a entre 3,5 y 4 millones», explican desde Agroseguro. De hecho, hay fincas donde la piedra ha provocado la pérdida de toda la cosecha, además de defoliación de hojas y daños en la madera de los árboles, con lo que es posible que la producción de la próxima campaña también se vea afectada.  

En Castellón son casi 1.400 la hectáreas afectadas por el último temporal de agua y granizo y en el conjunto de la Comunitat Valenciana la cifra asciende a 3.700 hectáreas divididas en unas 9.000 parcelas. La fuerza del agua, que en algunos punto alcanzó los 300 litros por metro cuadrado en 14 horas, ha dejado también daños puntuales en otros cultivos como, por ejemplo, el olivar o las hortalizas.

25 técnicos peinan el campo

Las tareas de evaluación de los daños se iniciaron una vez se tuvo conocimiento del siniestro, y en ellas participan 25 técnicos. «Calculamos que en el conjunto del territorio autonómico se han recibido algo menos de la mitad de las reclamaciones, y es importante que los productores asegurados envíen los partes de siniestro a la mayor brevedad posible», insisten desde la agrupación aseguradora, que recuerda que los siniestros registrados a causa de la DANA están cubiertos por la póliza.

Agroseguro se hará cargo de las fincas que cuentan con póliza (el 60% de la producción de naranjas), pero hay otras muchas parcelas que no cuentan con seguro y va a ser el agricultor el que se haga cargo de todos los daños. Para todos, las organizaciones agrarias ya han reclamado ayudas directas y medidas fiscales como una bonificación del IBI Rústico, reducciones de módulos, exenciones a las cuotas de seguridad social o créditos bonificados. 

Las plagas agrian la marcha de la campaña

La campaña de la clemenules, la variedad reina en Castellón, se encuentra en plena actividad y los resultados para los agricultores no van a ser tan positivos como en un principio se preveía. Y todo por culpa de las plagas. «Estamos teniendo muchísimos problema con la araña roja y la mosca y eso va a provocar que mucha fruta acabe por no comercializarse, con el consiguiente prejuicio tanto el productor como para la cooperativa», cuenta Francisco Nebot, productor y responsable del sector citrícola de la Unió Llauradora, que defiende la necesidad de que la interprofesional Intercitrus ponga en marcha una potente campaña para informar al consumidor que no hay porqué desechar una fruta cuya piel no se encuentre en perfectas condiciones. «Las familias tienen que entender que no pasa nada si la piel de una mandarina no está perfecta», argumenta.  

La incidencia de las plagas resta optimismo a la campaña y eso que los precios en origen no son nada malos. La mayoría de operaciones de compraventa se cierran a entre 0,33 y 0,36 euros el kilo (los costes de producción este año se han disparado), aunque hay alguna partida puntual que se ha cerrado a más de 0,45 euros.

Por el lado de la demanda, la cosas tampoco van mal. «Hay menos oferta y el mercado europeo está respondiendo, aunque necesitamos que haga frío para que la demanda aumente y, con ella, el precio», sentencia. 

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