La noche del sábado al domingo no fue fácil para los efectivos de emergencias movilizados para garantizar la extinción del incendio que ardía a las puertas de la Serra d’Espadà, con especial virulencia en el término de Azuébar. Y es que, como suele suceder en muchos incendios forestales, en cuestión de unos minutos, una situación en principio controlada puede dar un giro repentino y muy peligroso.

Así lo relató el director del Puesto de Mando Avanzado, Pablo Vila, al analizar las circunstancias que agravaron la ya compleja extinción. Según expuso ayer, ya entrada la madrugada, «a punto de cerrarlo, a 30 metros, cambió el viento a un poniente fortísimo y con temperaturas elevadísimas y no nos pudimos hacer con él».

Sobre las 2.30 del domingo, hubo un cambio de viento que complicó hasta el extremo las tareas de extinción, descontrolando el incendio. SIAB

Esa situación desencadenó una serie de decisiones propias de contextos de alto riesgo, tanto para el medio natural como para la ciudadanía. Fue entonces cuanto la dirección general de Protección Civil recibió la petición de la Generalitat de solicitar la participación en las tareas de control de las llamas del Ministerio de Defensa a través de la activación de la Unidad Militar de Emergencias. A su vez, se ordenó la evacuación inmediata de la población. Serían sobre las 3.00 horas.

La Guardia Civil comenzó a llamar a los vecinos puerta a puerta y el bando municipal, a través de la megafonía, reforzó el aviso. La cercanía de las llamas y la imposibilidad de avanzar la evolución del fuego, teniendo en cuenta las condiciones de extremas temperaturas y fuerte viento, llamaba a la prevención.

Los medios terrestres vivieron una noche muy complicada con condiciones de trabajo extremas, al alcanzarse temperaturas de 40 grados, con fuertes vientos de poniente. SIAB

Después de una noche infernal para los efectivos terrestres --los medios aéreos se retiran antes del ocaso--, al mediodía de ayer Vila señaló que el incendio tenía 4 kilómetros de frente y amenazaba al paraje natural de la Mosquera. Aseguró que «estamos intentando defenderlo con unas condiciones muy malas».

Efectivos atendidos por golpes de calor

Hasta siete integrantes del dispositivo de extinción tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios desplegados tras sufrir golpes de calor. Tres de ellos eran militares de la UME, dos del Ministerio para la Transición Ecológica y dos bomberos forestales de la Generalitat. Y es que las temperaturas extremas de estos días han llevado al límite a quienes han plantado cara al fuego todo el día.