El incremento de los precios y su impacto en la economía familiar es evidente para los vecinos de la provincia de Castellón. La inflación ha disparado los precios hasta un 8,9% y producido la mayor subida en los últimos treinta años.

Y es que son muchos los ámbitos que se han visto afectados. Poner en marcha la calefacción, ir a repostar gasolina, poner la lavadora o hacer la compra semanal son gestos que en estos momentos salen más caros y cuyo importe se ha visto incrementado coincidiendo, en especial, con la invasión de Rusia a Ucrania.

De hecho, los castellonenses consultados por este diario coinciden en sufrir esta problemática y su agravamiento en las últimas semanas: "Todo está más caro", señalaban muchos, aludiendo tanto a la cesta de la compra como a la gasolina o la factura de la luz como principales quebraderos de cabeza.

Problemas con los pagos

Y es que, aunque hasta ahora la parte más visible del alza de los precios la han protagonizado sectores como el azulejo, el transporte o la ganadería, el problema tiene otras caras igualmente inquietantes, como las de las miles de familias de la provincia que, si continúa este vendaval inflacionista, no van a poder hacer frente a los pagos. "Habrá jubilados con una pensión de 600 euros al mes o familias con rentas muy bajas que no van a poder aguantar esos precios", alerta Juan Carlos Insa, secretario general de la Unión de Consumidores de Castellón (UCE), quien hace hincapié en que la pérdida de poder adquisitivo es "brutal" dado que los salarios no han subido, ni de lejos, al mismo ritmo. 

Más allá de que las empresas están sufriendo un alza importantísima en los costes, Insa reflexiona sobre el alza generalizado de los precios: "Pasa lo mismo que cuando llegó el euro. Al final, todo el mundo se está subiendo al carro y no hay nada que no suba".