La Generalitat asegura que hay suelo preparado en Parc Sagunt II para toda la operación que supone la gigafactoría de baterías para vehículos eléctricos de Seat-Volkswagen, pero considera que la demanda de suelo industrial en la zona, que ya es alta, va a aumentar. Esa situación obliga a plantear desde ya nuevas ampliaciones de Parc Sagunt, admiten fuentes del Gobierno valenciano. Tener ya un parque industrial desarrollado (Parc Sagunt II) ha sido una de las bases del éxito de la operación: existía suelo real, no planes con mapas. Pero esto último, la ampliación del complejo, no fue una decisión tan sencilla (adoptada con el Gobierno) cuando Parc Sagunt I aún estaba poco explotado.

El lugar es, hoy más que ayer, un refugio de suelo estratégico dadas sus características: puerto adyacente, conexión con el corredor mediterráneo y con las grandes infraestructuras viarias, y proximidad con núcleos educativos potentes (las universidades valencianas). Se da por hecho que el plan de la empresa alemana llevará emparejada industria auxiliar paralela. Y ahí la ampliación debe jugar un papel clave.

En todo caso, la Generalitat quiere aprovechar el viento de cola e intentar repetir el modelo de éxito de Sagunt en otras comarcas. «Diversificar» es el término que utiliza. La empresa de Parc Sagunt cambió de nombre en septiembre de 2021 ya bajo ese concepto: crear parques industriales en todo el territorio. Espais Econòmics Empresarials (la nueva denominación) tiene ese fin. El de intentar repetir la operación vista la capacidad de gestión desarrollada. En el horizonte están polígonos en Vallada, Requena, Alicante y Castelló, «susceptibles de repetir el éxito de Parc Sagunt». Está por ver es la especialización que pueden tener, pero la planta de baterías se espera como «percutor de innovación de la industria valenciana», entrar por tanto en una nueva fase de desarrollo industrial.

En suspensión de pagos en 2015

La historia de Parc Sagunt no ha estado escrita siempre con la tinta del éxito. Hubo un tiempo en el que rozó la suspensión de pagos. Eso fue en 2016, cuando la compra de una parcela por parte de Puerto de Valencia, con intermediación de la Generalitat, consiguió salvar el proyecto. Los 1,35 millones de la Autoridad Portuaria evitaron el concurso de acreedores. Era la apuesta del Botànic por dar vida a una área que había nacido muerta, otro de los llamados «elefantes blancos» heredados de la gestión anterior del PP.

El origen de Parc Sagunt se remonta a 2002, fue presentado por Eduardo Zaplana y el entonces ministro Montoro. No terminó de arrancar. Ni siquiera cuando Francisco Camps lo inauguró de nuevo y dijo «por fin podemos decir que esto ya está en marcha». Era octubre de 2007 y esperaba que en tres años estuviera a máximo funcionamiento.

La crisis hizo naufragar la que iba a ser la mayor extensión empresarial de suelo de Europa. En 2012 solo había cuatro empresas que ocupaban un 10 % del espacio. Nada se parecía aquel terreno sin urbanizar a la maqueta y la empresa mixta de Generalitat-Estado estaba arruinada. Hasta 2016. Volvieron las máquinas y comenzaron a llegar empresas. Mercadona, Importaco, Crown Holdings. El éxito llevó a apostar por Parc Sagunt II con compras de suelo desde hace año y medio.