Las criptomonedas, entre ellas el Bitcoin, han disparado la comisión de delitos en el ámbito cibernético por sus propias características, a la vez de dificultar la labor policial y suponer un verdadero desafío a la hora de prevenir el lavado de dinero y el control fiscal.
Son las principales conclusiones de la mesa redonda celebrada en las jornadas de la Abogacía Española que concluyeron este viernes en el salón de actos de Cajamar en Castelló sobre prevención del blanqueo de capitales. Jaime Aneiros, miembro de la Subcomisión dedicada a esta cuestión del Consejo General de la Abogacía Española desgranó «la nueva realidad marcada por la existencia de criptoactivos» y el marco regulatorio que lo define como un medio de pago que avanza hacia controlar este escenario, como ocurre por ejemplo con la inclusión de una casilla en la Renta para declarar los beneficios de criptoactivos.
No obstante, más gráfico fue el comisario jefe de la Brigada de Lucha contra el Fraude de la Policía Nacional, José García, quien plasmó que «los delitos están trasladándose al mundo digital», en parte facilitados por el papel de las criptomonedas gracias a su «anonimato, escasa regulación, rapidez y la dificultad para su incautación» en ciertos casos.
30.000 euros por herramienta
De hecho, García puso sobre la mesa la problemática a la hora de realizar su labor, entre otras cuestiones por motivos técnicos: «Una sola herramienta para investigar Bitcoins cuesta 30.000 euros al año y requiere de una formación muy elevada», concretó el policía, a lo que sumó la traba añadida que se encuentran a la hora de incautar monederos virtuales, tanto por el operativo como por la falta de colaboración que se da desde algunos operadores.
La sesión, moderada por Manuel Vélez, también miembro de la subcomisión de la Abogacía Española, cerró con la intervención del fiscal de la Audiencia Nacional Carlos García-Berro, quien mostró su «pesimismo» desde el punto de vista jurídico al considerar que la regulación «está poniendo puertas al campo», por tratarse del ámbito digital. «No hay nada más contrario a la regulación que las criptomonedas», manifestó, señalando que quedan muchos flecos por resolver, como la protección de la integridad digital.
