Las previsiones de las organizaciones agrarias han dado en el clavo. Después de una temporada para olvidar, marcada por una drástica reducción de la cosecha de clemenules y unos precios que ni de lejos han cubierto los costes, la producción de naranjas y mandarinas en Castellón será esta temporada un 9,2% superior a la del año pasado. La Conselleria de Agricultura hizo público ayer el aforo citrícola 2022-2023 y las conclusiones son claras: mientras que en el conjunto de la Comunitat se espera una cosecha un 8,3% inferior, en la provincia las cifras indican lo contrario y de los huertos de Castellón saldrán en los próximos meses 624.861 toneladas de cítricos.
De las casi 625.000 toneladas de agrios que se producirán en la provincia (en la temporada 2021-2022 el dato fue de 572.464), el 79% pertenecen al grupo de las mandarinas y, de esas, siete de cada diez son de la variedad nulera, la reina de la citricultura de Castellón. La previsión oficial habla de un cosecha de 331.483 toneladas de clemenules, un 14,2% más que en la campaña pasada. Pese al incremento (la diferencia entre un año y otro será de 41.000 toneladas), la cifra está muy lejos de la alcanzada en la campaña 2020-2021, cuando se superaron las 453.000.
En las fincas citrícolas de Castellón se recogerán en los próximos meses un 14,5% más de nuleras y la explicación hay que buscarla en la vecería (fenómeno que se constata cuando un árbol produce abundantes frutos un año pero al siguiente no) y en la menor afectación del cotonet. Así, el departamento que dirige Mireia Mollà destaca que para esta campaña «la incidencia de esta plaga en la fruta es menor», aunque reconocen que en el campo sigue constatándose presencia del cotonet, así como un importante ataque de la araña roja.
Además de una mayor producción de nuleras, en la provincia se esperan incrementos en prácticamente todas las variedades de mandarinas (la única excepción en la marisol). La Conselleria estima asimismo una mayor cosecha de naranja dulce (9.764 toneladas más) al incrementarse la cosecha del grupo navel, sobre todo las variedades tardías y tempranas. Y un apunte más: la campaña va retrasada unos quince días y las altas temperaturas no favorecen el cambio de color de la fruta.
Valencia y Alicante, a la baja
Mientras que en Castellón los datos son positivos, en Valencia y Alicante este año habrá una merma de la cosecha. En la primera provincia la reducción será del 12,7% (se prevén 1.784.374 toneladas de cítricos) y en Alicante la caída se cifra en el 10,1% (hasta las 585.657 toneladas) . En el conjunto de la Comunitat se esperan 2.994.892 toneladas de agrios.
Que la producción aumente en Castellón por encima del 9% a priori es positivo, aunque el éxito de la campaña la determinarán los precios. Y, de momento, estos no son para tirar cohetes. Las organizaciones agrarias apuntan a que los comercios están cerrando las primeras operaciones de clementinas con unos precios de unos 28 céntimos por kilo. «Hay quien puede pensar que es un buen precio, pero si hacemos números y vemos cómo se han disparado todos los costes, se trata de cantidades que conducen a los productores a la ruina, tal y como ya sucedió el año pasado», argumenta Cristóbal Aguado, presidente de la Asociación Valenciana de Agricultores (AVA-Asaja).
Por su parte, Carles Peris, secretario general de la Unió de Llauradorrs, apela a la responsabilidad de operadores comerciales y gran distribución a la hora de ofertar un precio justo y considera fundamental que se realicen campañas de promoción de los cítricos valencianos ante el retroceso del consumo y las exportaciones experimentado durante los últimos años.
