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ECONOMÍA

Gasolineras de Castellón dejan de vender combustible al no poder asumir la rebaja del Gobierno

Las empresas deben anticipar los 0,20 € de descuento y no les queda liquidez para comprar carburante, por lo que han decidido cerrar los surtidores

Una de las gasolineras de Vila-real, ayer, que ha dejado de vender combustible por no poder pagarlo. MANOLO NEBOT ROCHERA

Cuando el pasado 1 de abril entró en vigor la bonificación de 20 céntimos por litro de gasolina, la medida estrella del plan de choque del Gobierno para amortiguar los efectos de la guerra en Ucrania, en la mayoría de las 200 estaciones de servicio de Castellón aventuraron que supondría una asfixia para el sector. Y todo porque son los empresarios los encargados de adelantar el dinero del descuento (de los 20 céntimos, 15 los financia el Gobierno y cinco las petroleras) y, a posteriori, el Ministerio de Hacienda les devuelve el anticipo. Seis meses después, y superados los problemas informáticos iniciales, la realidad es que el método con el que se aplica el descuento empieza a pasar factura a las gasolineras y hay varias estaciones de servicio que han dejado de vender combustible porque ya no pueden pagarlo

Hablamos con una de las empresarias de Castellón que ha optado por cerrar sus surtidores. Desde hace siete años esta emprendedora de Onda está al frente, en régimen de franquicia, de las dos estaciones de servicio Cepsa de Vila-real y hace unos días que de sus establecimientos ya no sale ni un solo litro de combustible. «No tengo dinero para hacer frente a lo cuesta el carburante, así que no me ha quedado otra que dejar de comprar», describe. 

Como todas las gasolineras, anticipó durante el mes de septiembre el descuento de los 20 céntimos (el adelanto supone entre 50.000 y 90.000 por establecimiento, dependiendo del tamaño y las ventas) y Hacienda aún no le ha devuelto el dinero. «Han pasado ya once días de octubre y el Gobierno no me ha pagado. Y así ocurre todos los meses, hasta que ha llegado un momento en el que la cuerda se ha tensado tanto que ha acabado rompiéndose», lamenta. «No tengo tanta capacidad como para asumir el adelanto y, además, pagar el carburante que me suministra Cepsa», asegura esta emprendedora que intenta no recurrir a despidos. «Tengo seis trabajadores y he dejado las tiendas abiertas para intentar mantener el empleo», apunta.

Con los surtidores cerrados, las ventas en las tiendas también se han desplomado, aunque lo que reconforta a esta empresaria es la respuesta de los clientes. «Muchos son fijos, la mayoría de Vila-real, y les doy un 10. Nos están apoyando en todo lo que pueden, comprando en la tienda aunque sea una chocolatina o dándonos sus teléfonos para venir a repostar cuando reabramos», sentencia.

"No somos banqueros"

Estas dos gasolineras Cepsa de Vila-real no son las únicas que han dejado temporalmente de vender carburante. En Borriol y les Alqueries, por ejemplo, hay estaciones de servicio en la misma situación. «No somos banqueros y esta agonía no la podemos soportar por mucho más tiempo», asegura Vicent, quien confía en encontrar pronto una solución y poder reanudar la venta de combustible. 

El cierre temporal de varios surtidores no sorprende en nada a la Asociación de Estaciones de Servicio de Castellón. «Nada más anunciarse la medida ya dijimos que eso podría pasar y, desgraciadamente, la realidad no ha acabado dando la razón», explican. 

La rebaja acaba al final del año, pero se podría prorrogar


El descuento de 0,20 euros por litro que gasolina estará vigente, en principio, hasta el próximo 31 de diciembre, aunque desde el Ministerio de Transporte no descartan prorrogarla durante unos meses más. La ministra Raquel Sánchez ha asegurado en varias ocasiones que el Gobierno «sigue analizando el impacto» de la iniciativa y «se podría ampliar»

La ayuda no gusta nada a la Federación Mediterránea de Estaciones de Servicio (Fedmes), a la que pertenecen la patronal de Castellón, partidaria de rebajar impuestos. «Estamos a favor de fórmulas que puedan beneficiar a los clientes, pero esta nos parece la peor solución. Hay otras alternativas, como la rebaja del IVA, que ya se aplica, por ejemplo, al gas y a la electricidad», insisten.


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