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EL ‘BOOM’ SE MANTIENE EN CASTELLÓN

Las renovables esquivan la crisis con listas de espera de tres meses en Castellón

La falta de instaladores y la escasez de algunos componentes son la principal preocupación

Instalación de placas solares en una vivienda situada en la localidad de Catí. Mediterráneo

El empeoramiento de la situación económica tiene como efecto colateral el aplazamiento de inversiones. Hay quien tiene que medir con precisión su liquidez, pero la instalación de placas solares para el autoconsumo se ve como una gran oportunidad para escapar de los costes de la energía.

Las empresas dedicadas a este campo en Castellón no paran de crecer, y la demanda sigue siendo mayor que la capacidad de los instaladores. «Es el resultado de una revolución energética que la guerra de Ucrania no ha hecho más que acelerar», indica Marcos Lacruz, presidente de Avaesen, la asociación de empresas de energías renovables y otras tecnologías limpias de la Comunitat. Lo corrobora Robert Esteve, de la empresa Direnergy, quien cifra la lista de espera «de hasta tres meses» para tener la capacidad de generar electricidad en sus tejados.

Un tiempo que David Braina reduce a la mitad en Elektrosol. Una compañía que tiene 18 años de trayectoria, y que además de suministrar a particulares en viviendas se ha especializado en proyectos industriales. «Tenemos a un centenar de instaladores , y en estos momentos tenemos entre ocho y diez obras trabajando en paralelo», explica. Solo en naves industriales «estamos más que doblando la potencia del año pasado», por lo que calcula que solo en Elektrosol tendrán unos 45 megavatios pico de potencia instalados en el conjunto del 2022, «lo que equivale a la potencia de 9.000 viviendas», detalla.

Carencias

El boom ha generado una enorme actividad, pero también conlleva determinadas carencias, que frenan la implantación. David Braina menciona «los inversores, que son un elemento fundamental para que la energía recogida por las placas se convierta en corriente alterna». La mayoría se producen en China, por lo que todos están está a expensas de colapsos de suministro. Aún así «tenemos una buena negociación con operadores de suministros», lo que unido a la plantilla existente reduce las esperas, indica. 

Robert Esteve, por su parte, incide en la búsqueda de baterías. «En los últimos meses tienen una demanda más grande, porque los propietarios quieren tener la máxima autonomía posible, pero estos elementos están muy solicitados tanto para estos casos como para los coches eléctricos». Por su parte, Marcos Lacruz añade que también se detectan «dudas para abastecernos de placas, porque China produce el 95% de las que consume Europa y hay mucha demanda». Por ello apunta a la necesidad de «fabricar aquí nuestros propios componentes», lo que daría mayor agilidad a la hora de disponer del material necesario «aunque sea con costes más altos». 

Las instalaciones para el autoconsumo eléctrico en industrias y viviendas ha crecido de manera exponencial en los últimos años. Mediterráneo

El otro gran desafío es la mano de obra. Hacen falta más instaladores, así como ingenieros para elaborar proyectos. Hay empresarios que reconocen la dificultad de tener personal colocando placas en los tejados. Incluso hay empresas de menor tamaño que colaboran entre ellas para poder cumplir los plazos previstos. 

En las azulejeras se sigue a buen ritmo

La industria cerámica se encuentra en un momento delicado, peo contrariamente a lo que pueda parecer, se mantiene la demanda de nuevas instalaciones de autoconsumo para este sector. David Braina, de Elektrosol, expone que las solicitudes «se mantienen, aunque menos que hace un año», ya que contar con esta energía fotovoltaica les supondrá un descenso en la factura eléctrica en un momento en el que el precio no para de subir. Lo que sí que cambia a raíz de la incertidumbre actual y las dificultades económicas de parte del sector es que en vez de abonar directamente el coste de las instalaciones, «están abiertos a otras modalidades de financiación, como el renting», añade.

Son muchas las compañías azulejeras que ya lo han hecho en los años anteriores, «y las que no lo han hecho todavía, corren el riesgo de exponerse a unos costes demoledores», concluye. 



Las comunidades de vecinos rompen los recelos

Hasta hace poco, el autoconsumo para viviendas estaba dominado por casas particulares o bloques de adosados, en los que cada propietario dispone de su propio techo. En cambio, la situación es mucho más compleja en bloques, ya que tomar esta decisión supone llegar a acuerdos en cada comunidad de vecinos. Hasta ahora eran muy pocos los edificios colectivos que daban el paso en Castellón, pero este panorama empieza a cambiar. Robert Esteve, de Direnergy, menciona que desde hace «unos tres meses ha habido un salto en la demanda». Ver los costes del tope del gas en muchas facturas ha vencido los recelos anteriores.

Las placas en viviendas también llega con fuerza al ámbito rural. «Pedir el poste eléctrico a una casa diseminada cuesta solo un poco menos que tener placas y baterías», asegura.

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