El mejor tomate de la Comunitat se cultiva en Castelló

Enrique Suárez San Martín gana el concurso más prestigioso a nivel autonómico

A la izquierda Enrique Suárez junto a Quique Dacosta; a la derecha, ejemplares de la variedad de tomate que cultiva.

A la izquierda Enrique Suárez junto a Quique Dacosta; a la derecha, ejemplares de la variedad de tomate que cultiva. / Mediterráneo

Cristina Garcia

El mejor tomate de la Comunitat Valenciana se cultiva en Castelló. Enrique Suárez San Martín, profesor de Secundaria de los IES Penyagolosa y Porcar de la capital, ya jubilado, que ha convertido su afición por la agricultura ecológica en oficio y pasión, ganó el concurso La Millor Tomaca de La Marina, un homenaje al agricultor local celebrado en Dénia con la participación de 40 productores de norte a sur del territorio valenciano y con un jurado de primer nivel, presidido por el chef con tres estrellas Michelin Quique Dacosta.

El cocinero Quique Dacosta, miembro del jurado, durante la competición.

El cocinero Quique Dacosta, miembro del jurado, durante la competición. / Mediterráneo

Suárez explica que "no es nada competitivo", que "presentarse fue una ilusión" y que le pudo "la confianza máxima en el tomate" que cultiva desde hace ya 15 años. "El premio es un orgullo como pequeño productor, y una recompensa por años de trabajo, de mimo a las hortalizas, pero sobre todo una satisfacción porque el producto que sale de la tierra que cultivo es bueno, muy bueno, sobre todo, porque del huerto va a nuestra cocina, y es mi familia quien lo disfruta", señala Suárez. 

Agua del Molí la Font

Empezó en la agricultura gracias a su suegro, Antonio Faus, que compartió con él los mimbres y la pasión por la tierra, por consumir la producción propia, pero poco a poco fue haciéndola suya y desde hace una década cultiva su propia cosecha en un huerto en la partida Senillar, regado con agua del Molí la Font, donde todo es 100% ecológico, abonado con estiércol de oveja y caballo, sin químicos, y trabajado con "dedicación y cariño". "El huerto es mi mundo propio. Entro en él y me abstraigo del día a día", explica. "Es una forma de cuidar la salud mental. Me relaja, me impone un tú a tú muy directo con la naturaleza y es verdadera magia ver cómo crecen las hortalizas, de tomates a judías, melones, berenjenas o pimientos, según las estaciones", comenta.

Enrique, en su huerto.

Enrique, en su huerto. / Mediterráneo

El tomate ganador es de la variedad cor de bou, cultivado con semillas autóctonas y con "una genética mejorada año tras año, preciosa a la vista, con un gran color, la piel muy fina y carnoso en el interior, con una acidez mínima", detalla. Y a sus nietas, les encanta. "En verano, hacemos ensaladas con estos tomates casi a diario, y cara al invierno, la hacemos en conserva; y lo mejor es que mis nietas siempre me dicen que algo tan sencillo como los macarrones con tomate del abuelo son los más buenos. Es la satisfacción más grande", dice.

Ya ganó otro premio

Lo de presentarse al concurso fue una casualidad, a raíz de una conversación con una compañera. Primero acudió a uno en Betxí, donde ya ganó, con un jurado de lo más exigente (vecinos del pueblo). "Me dio confianza y pensé: ‘voy a ver otro concurso cerca’. Y me presenté en Dénia, por probar", explica Enrique con humildad. Un miembro del jurado, al degustar el tomate sin aceite ni sal, ya le dio el 10. "Fue un orgullo para mi tomate", admite.

En el mismo concurso obtuvo el tercer puesto al mejor tomate de penjoll José Herrera, de Alcalà de Xivert.