Castellón carece de edificios como el incendiado en València y la cerámica rebaja los riesgos

Castellón carece de edificios con las características arquitectónicas de las dos torres devoradas por el incendio mortal de València, el peor de toda su historia. Así lo ha corroborado el Colegio de Arquitectos de Castellón, que ha repasado en las últimas horas la presencia de fincas de viviendas con fachadas ventiladas y materiales inflamables en la provincia y no ha encontrado rastro de ellas, según ha confirmado a este diario su presidenta, Susana Babiloni. 

La máxima representante de los arquitectos asegura que la tradición azulejera de Castellón hace que la cerámica sea predominante en la construcción. «La cerámica hace mucho tiempo que ha salido de los usos en baños y cocinas. Su nivel de combustión es bajo porque está cocido a altas temperaturas y no propaga el fuego en caso de incendio, por lo que es más segura», señala Babiloni.

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Por lo que respecta a las fachadas ventiladas, Babiloni señala que por mí mismas no representan un riesgo, están muy extendidas y en la normativa se exige que tengan cortafuegos y demás medidas para frenar un incendio. «En el caso de Campanar actuaron como una chimenea», señala la castellonense, coincidiendo con otros expertos que se han pronunciado sobre la tragedia. 

«En Castellón se construye a nivel estructural con hormigón armado o con estructura metálica. La envolvente se hace, cada vez más, con fachada ventilada por su eficiencia energética --evita transmitir frío y calor--, pero suele ser de revestimiento cerámico», dice.

Por lo que respecta a la presencia de poliuretano en la fachada de las torres de València, desde el Colegio de Arquitectos de Castellón señalan que es un material «común», que suele ponerse dentro de los llamados paneles sándwich y que tiene muchas prestaciones favorables como aislante. «Esos materiales pasan muchos controles. Todo el proceso edificatorio pasa por multitud de controles, por lo que yo no entraría tanto en el material, que no se sabe exactamente cuál es, sino en que nuestros edificios son seguros y se basan en normativas muy estrictas, en materiales con normativas y ensayos homologados», recalca.

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En este sentido, Babiloni recuerda que la tragedia de València es «una entre un millón» y pide calma y confianza. Aún así, llama al «cuidado», «mantenimiento» y «conservación» del parque inmobiliario, «al igual que se pasa la ITV con un coche y se lleva al taller para comprobar su estado».

La presidenta de los arquitectos insiste en la importancia de esperar a los informes periciales, que probablemente se demorarán meses, y señala que la normativa vigente hoy en día es «mucho más restrictiva» que la que había en el año 2002, cuando se proyectó el edificio de Campanar. En concreto, el Código Técnico de la Edificación, la normativa del Ministerio de Vivienda que rige el desarrollo de obras, data del 2005 y suplió a la normativa anterior. Ese código, que se revisa cada seis meses, no prohibió, por ejemplo, el uso de materiales inflamables en las fachadas hasta su reforma de 2019 en edificios de más de 28 metros de altura, como el de València.