La apertura gastronómica del año en Castellón: en un lugar privilegiado y solo para 15 comensales

Los dos responsables de la cocina son jóvenes promesas

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Está abierto desde la semana pasada y, por situación, propuesta y nivel de cocina, tiene pinta de ser la inauguración gastronómica del año en Castellón. Es el restaurante Llavor, encaramado en un lugar privilegiado de Torre Bellver (Orpesa), que llega para incorporarse al listado de los locales más exclusivos de la provincia.

Felipe Peraire es el ideólogo de este proyecto. El empresario castellonense, que el año pasado vendió Baldocer por más de 400 millones de euros, tiene promociones inmobiliarias previstas en Torre Bellver y quiere dinamizar la zona con, entre otros atractivos, un restaurante de nivel. Es por ello que aporta el local -no la gestión-, ocupado antes por Azulsalado.

Juventud

Al frente están dos cocineros que no llegan ni a los 30 años. Uno, el artanense Jorge Lengua, ya es una de las promesas más firmes de la restauración castellonense. Tras consolidarse en La Suculenta de Benicàssim, con una cocina informal pero que deja ver mucho talento e imaginación, tiene ante sí el reto de subir más escalones con una propuesta de alta cocina. El otro responsable de los fogones es el burrianense Adrián Peralta, formado en restaurantes como El Poblet (València) o Cebo (Madrid). 

Adrián Peralta (segundo por la izquierda) y Jorge Lengua (tercero), junto a parte del equipo de cocina.

Adrián Peralta (segundo por la izquierda) y Jorge Lengua (tercero), junto a parte del equipo de cocina. / Mediterráneo

La apuesta es alta, y más en una provincia en la que no existe demasiada tradición de restaurantes gastronómicos. Y es que no solo habrá únicamente dos menús cerrados, de 59 y 79 euros; además, solo se servirán a un máximo de 15 comensales, distribuidos en un espacio de 600 metros cuadrados. «El menú largo tiene más de 20 pases y dura alrededor de tres horas», explica Jorge Lengua.

Propuesta gastronómica

¿Y qué se come en Llavor? Paradójicamente, pese a estar al lado del mar hay mucha presencia de productos de montaña, como setas, caza o trufa; aunque lo que guiará la cocina será la «temporalidad», por lo que habrá menú primavera-verano y otro de invierno. 

Un rincón del restaurante.

Un rincón del restaurante. / Mediterráneo

Las preparaciones dan una idea del nivel técnico que hay en la cocina -ambos cocineros se formaron en la universidad Gasma de Castelló-. La sopa de flores y frutos, farigola y tomates ancestrales o el colágeno de merluza y tripeta de bacalao con pisto conejero, platos presentes en el menú largo, son dos ejemplos de ello. Respecto a la carta de vinos, cuenta con unas 250 referencias.

Vistas desde Llavors, con Benicàssim al fondo.

Vistas desde Llavors, con Benicàssim al fondo. / Mediterráneo

«Tenemos claro que es un gran reto, pero estamos dispuestos a arriesgar y a demostrar que este tipo de restaurante puede funcionar. Castellón merece tener un lugar así», sentencia el joven cocinero.