El mar Mediterráneo, crisol de ideas y civilizaciones, esconde bajo sus aguas, seguramente frente a las costas castellonenses, pecios romanos, medievales, anclas, restos de ciudades e incluso artillería sumergida. Todos estos restos "forman parte del patrimonio cultural valenciano y tienen la misma condición que los hallados en tierra firme", afirman fuentes de la Conselleria de Cultura. Esta protección patrimonial incluye también los hundimientos de la Guerra Civil e incluso los nidos de ametralladoras. Pero a la hora de hablar de vestigios concretos, lo más probable es encontrar "restos de hundimientos de época romana y medieval, ya que en estos periodos había un intenso tráfico de embarcaciones y mercancías en el arco mediterráneo". De hecho, agregan, "nuestra costa ha sido escenario de guerras y episodios navales que ya aparecían en los textos clásicos".

Ciudades perdidas

Una cuestión que interesa a los historiadores son los cambios que ha experimentado la línea de la costa a lo largo de los siglos. "El litoral valenciano ha sufrido, desde la época romana, grandes transformaciones", explican desde Conselleria. Por ejemplo, algunos textos citaban la posibilidad de navegar el río Turia, realidad que se ha confirmado con el descubrimiento de almacenes portuarios bajo la actual ciudad de Valencia. Las mismas fuentes hablan de otros casos, como "el puerto romano de Sagunto, que ha sido identificado hace poco con las infraestructuras aparecidas bajo las aguas del Grao Vell". También en Castellón deben de existir "pecios, ciudades antiguas o yacimientos arqueológicos con fuerte proyección marítima". Los lugares más propicios para los hallazgos son las costas de Peñíscola, Oropesa, la desembocadura del río Millars o els Estanys de Almenara.

No obstante, un hundimiento como el descubierto hace poco por Odyssey en el Atlántico, "es prácticamente imposible frente a nuestras costas", destacan en Patrimoni. "La prueba es que esas empresas nunca se han interesado por nuestras aguas", indican. Los restos hallados con más frecuencia en la zona levantina son las ánforas, ya que "eran envases sin retorno". Una vez el contenido (vino, aceite, salazones) llegaba a su destino, se vaciaba en las mismas barcas en otro recipiente para su venta o intercambio. Después, el continente era arrojado al mar. El estudio de los ánforas es muy importante para los historiadores. "Nos da una visión del tránsito marítimo por nuestras costas, así como el tipo de comercio, rutas, economía u origen de los productos, entre otros", citan desde Patrimoni.

Inscripciones únicas

Los hallazgos más interesantes en la costa valenciana son los pecios romanos de Bou Ferrer, en La Vilajoiosa, y el de l´Albufereta, en Alicante. Estos hundimientos interesan mucho a los arqueólogos marinos, debido al "conjunto de inscripciones comerciales, conocidas como tituli picti, que aparecen en las ánforas y que son, hasta el momento, las únicas de cierta importancia para las ánforas del tipo Dressel 20 halladas en España, y también uno de los ejemplos más destacados de Europa para su periodo histórico", concluyen.

Tal vez el Mediterráneo, el mar del planeta con mayor cantidad de restos arqueológicos en sus orillas, puertos antiguos y con milenios de historia naval y comercial, guarda en sus profundidades la memoria de múltiples civilizaciones. El mismo mar que reflejó el incendio de la biblioteca de Alejandría es, en sí mismo, una biblioteca universal de agua, y no serán cazadores de fortuna sus eruditos, sino verdaderos sabios, arqueólogos e historiadores que bucean incansablemente en el pasado.