Sergio García ha vuelto. Lo confirmó la pasada semana con el triunfo en el Castelló Masters y lo reafirmó ayer en el Andalucía Masters, demostrando una gran serenidad pese a la igualdad que había en la clasificación y que podía condenarle a la pérdida del torneo de cometer algún error. Este hecho es bastante frecuente en Valderrama, un campo muy exigente y en el que cualquier despiste puede ser fatal. Pero el borriolense estuvo muy seguro en la parte final, con Miguel Ángel Jiménez acechando y salvando, en algunos casos, situaciones delicadas en los últimos hoyos.

El Genio de La Coma arrancó la última vuelta con dos golpes de ventaja. Algo insignificante en Valderrama. Sirva de ejemplo que en el hoyo 3, Jiménez ya le había igualado y a mitad de recorrido era líder el gaditano. Sergio había firmado sus peores nueve hoyos de todo el torneo, con dos bogeys, pero al igual que sucedió en sus primeros nueve hoyos en el Castelló Masters –a los que llegó con +1--, no se vino abajo y evidenció que su fortaleza mental ha ganado muchos enteros.

No se descompuso y en el hoyo 11 --en el que firmó un eagle el primer día--, con un birdie volvió a igualar al Pisha, para tres agujeros después volver a tomar una ventaja de tres golpes, con otro birdie en el 14. En ese instante, Jiménez hizo un bogey en el 15 y Richie Ramsay, líder los dos primeros días, un doble bogey. Para entonces, Christian Nilsson, compañero de partido de Sergio, ya se había hundido. Solo había que mantener el nivel. Y lo hizo, salvando el par en los tres últimos hoyos para festejar a lo grande un nuevo triunfo en su carrera, su décimo en el Tour Europeo. Jiménez, con un gran final y sin acierto en el putt --con birdies en el 16 y en el 17, en el que rozó el eagle--, acabó a un golpe.

fin al gafe // El borriolense firmó ayer su peor tarjeta de los cuatro días, con 71 golpes (par) para un total de 278 (-6), pero fue suficiente para encadenar su segunda victoria consecutiva y para poner fin a un gafe que perseguía a los españoles en Valderrama, donde hasta ayer nunca se había coronado un jugador de casa.

Y el que puso fin al dicho “nunca un español gana en Valderrama” fue, precisamente, Sergio, quien hasta en tres ocasiones había concluido segundo. En el 2004 perdió en el desempate ante Ian Poulter; el año siguiente se quedó a un golpe de Paul McGinley y en el 2006, empatado con Luke Donald y Padraig Harrington, volvió a ceder por un golpe ante Jeev Milkha Singh.

Pero ayer las tornas cambiaron y Sergio mantuvo la mejoría en su juego que le ha acompañado durante todo este año, aunque no haya sido hasta el final cuando ha saboreado las mieles del triunfo. Estuvo a punto de ganar en junio en Alemania, pero cedió en el desempate con Pablo Larrazabal. Ahora se ha desquitado de aquel segundo puesto y de una racha negativa de casi tres años sin ganar con dos éxitos que le sitúan líder en la lista del equipo europeo de la Ryder Cup.