El Grao de Castellón se envolvió ayer de fervor y fuego para celebrar a lo grande la festividad de Sant Antoni del Porquet, mezclando lo religioso con lo pagano en una cita que cada vez es más multitudinaria. La fiesta grauera del solsticio de invierno tan ligada al fuego y patrocinada por el Ayuntamiento y la Fundación Dávalos-Fletcher arrancó con la plantada del bestiari la Mulassa y Mulasseta de Reus, la Mulassa feixuda del Vendrell, la Cabra de Pallejà y l’Haca Traca Almalafa de la capital de la Plana y continuó con el concurrido pasacalle del bestiari en torno al Casal Jove con la música de los Dolçainers del Grao y de la Escuela Municipal de Dol-çaina i Tabal. También se celebró el tradicional sorteo del porquet seguido de danzas populares.

Los bailes del bestiari de las figuras participantes y la posterior diablera con Botafocs, Dimonis del Grao y el amplio conjunto de bestias de fuego asistentes capturaron la mirada de todos los niños, que contemplaron con fascinación el evento junto a sus padres. Los más atrevidos caminaron bajo las bengalas que mantenían els dimonis y que iluminaban la noche de Sant Antoni y la llenaban de pólvora.

BENDICIÓN ANIMALES // En cuanto a los actos religiosos, la bendición de los animales atrajo hasta el patio de la iglesia de Sant Pere a centenares de vecinos que llevaron con fervor a sus mascotas al encuentro. Y los scouts repartieron las 300 coquetas y las 200 estampitas de Sant Antoni entre los asistentes que acudieron acompañados de sus animales. Y es que en el Grao sin mascota no hay coqueta. La encendida de hogueras en torno a la plaza Virgen del Carmen y el Grup Mediterrani y la cena de hermandad remataron los actos de Sant Antoni. H