El Comité Económico y Social (CES) plantea a cambiar el mensaje en torno a los municipios en riesgo de despoblación (86 en la provincia) trasladando un mensaje de nueva ruralidad. Conceptos como España vaciada traslucen una idea negativa y no contribuyen a atraer población.

Para impulsar este mundo rural, el CES aboga por la adopción de un enfoque supramunicipal o subregional que complemente la visión municipal y el refuerzo de la cooperación público-privada para maximizar la movilización de los recursos. Asimismo, considera que los procesos administrativos y marcos legales deberían adaptarse a la realidad del medio rural. Y es que, apunta, los primeros a veces constituyen un factor de estrangulamiento y discriminación para quienes desarrollan su actividad en el medio rural.

A su vez, apela a llevar a cabo una política integral de fomento de las iniciativas empresariales, especialmente, la economía social y cooperativa, poniendo en valor el papel estratégico de la cadena agroalimentaria, y dar respuesta ágil a las necesidades de vivienda y suelo empresarial.

Asimismo, demanda establecer una fiscalidad diferenciada para atraer y consolidar empresas y particulares en los territorios en riesgo de despoblación.

Otros aspectos son mejorar la movilidad y conectividad para la equidad en el acceso a los servicios públicos. Y por último, la atracción del talento joven, y especialmente el femenino, al medio rural así como la profesionalización.

Problemática

El documento también radiografía las carencias. Dentro de la escasa actividad industrial de las zonas rurales más desfavorecidas podría hablarse de una cierta diversificación productiva, pero muy localizada en ciertos enclaves. En cuanto a los servicios , destaca el turismo rural, el sector comercial y restauración, hostelería y bares, presentes en una parte importante de las zonas rurales.

La población ocupada en el medio rural relacionada con el sector agrario y ganadero trabaja generalmente en explotaciones agrarias de pequeño tamaño, mayoritariamente olivar, frutales de secano y cereales así como en ganadería, con poca penetración de las nuevas tecnologías y con especial dificultad de atracción de nuevas inversiones con rentabilidad limitada.

El déficit de infraestructuras para garantizar el acceso a todo el territorio y una insuficiente red de conexión entre el interior y la costa y zonas de mayor actividad económica y logística es otra carencia. El trazado de la red principal de carreteras y ferrocarril discurre paralelo a la costa y en sentido norte-sur, quedando sin servicio ferroviario los municipios del interior de la provincia de Castellón. A su vez, la mayor parte de carreteras de interior pertenece a la red secundaria, dependiente de la comunidad y de las diputaciones.

El mantenimiento y, en su caso, recuperación de los servicios públicos (educación, sanidad, administración) es uno de los principales retos. No disponer de ellos es un obstáculo para su desarrollo e impide fijar población, lo que genera una situación cada vez más preocupante.

Otra traba es la falta de acceso a internet, imprescindible para llevar a cabo actividades empresariales, trámites o gestiones y para el teletrabajo. Las zonas blancas sin cobertura de banda ancha de nueva generación coinciden en su mayoría con los municipios en riesgo de despoblación. Junto a la falta de servicios financieros estrangulan su futuro.