El fin de la pandemia ha llevado al Ayuntamiento de Castelló, en la actualidad, a estudiar caso por caso si mantiene o no las más de 500 terrazas que, con motivo del coronavirus, se ampliaron o se abrieron por primera vez en la vía pública en la capital de la Plana. Así lo afirmó ayer el concejal de Uso de Espacio Público, Jorge Ribes, a este diario, quien destacó que el cambio de escenario ha motivado que hoy por hoy el consistorio esté analizando la posibilidad de seguir conservando este servicio o, por el contrario, retirarle la licencia siempre primando que la ocupación de la calle de mesas y sillas no suponga una limitación de espacio para el viandante.
Además, las autoridades municipales también valoran que no existan quejas vecinales por el exceso de ruido que pudieran ocasionar las posibles aglomeraciones de gente en estos lugares y, más aún, con la llegada del buen tiempo y la temporada estival.
En este sentido, hay que recordar que, por ejemplo, las calles Huerto de Más y Sanchís Albella se cierran al tráfico en horarios de comidas y cenas donde se instala mobiliario para ofrecer este servicio o, la calle Navarra, que está peatonalizada, por lo que los negocios de restauración montan terrazas permanentemente.
«Un gran esfuerzo"
«En su día, en plena pandemia, hicimos un gran esfuerzo político y administrativo con más de 500 expedientes de terrazas en Castelló que nos solicitaron los hosteleros», recordó Ribes. A día de hoy, y tras haber superado los meses más fuertes del coronavirus, «estudiamos caso por caso y mantenemos aquellas ampliaciones de terrazas que no suponen un perjuicio para el peatón y tampoco generen molestias a los vecinos, buscando favorecer tanto la actividad económica como la generación de espacios peatonales en la ciudad con el objetivo principal de que el viandante no los pierda y pueda disfrutar de ellos», destacó el concejal Ribes al periódico Mediterráneo.
Castelló se suma, de esta forma, al resto de ayuntamientos que, a nivel nacional, también están reconsiderando qué hacer con las numerosas terrazas cuyos propietarios pidieron una ampliación de las mismas en la época de pandemia y que ahora deben estudiar si las mantienen o, por el contrario, las limitan.
«Buscamos favorecer tanto la actividad económica como la generación de espacios que sean peatonales»
