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LEYENDAS DEL FÚTBOL PROVINCIAL

Homenaje a Planelles y Canós en Burriana

El Ayuntamiento de Burriana les dará sus nombres a los campos de la Bosca y Llombai el 6 de diciembre

Planelles y Canós serán homenajeados por el Ayuntamiento de Burriana.

El Ayuntamiento de Burriana, ha decidido, con la unanimidad de todos los grupos políticos que forman parte del municipio, que a partir del próximo día 6, los campos de fútbol de los complejos deportivos municipales Llombai y La Bosca lleven el nombre de dos de sus deportistas más importantes, el de los futbolistas Juan Manuel Canós Ferrer y el de Juan Bautista Planelles Marco, que llegaron a la internacionalidad después de brillantes carreras, el primero sobre todo en el Elche, y el segundo en el Madrid, Valencia, Zaragoza y Castellón.

La calidad de ambos es lo que les llevó a lucir la camiseta roja; el defensa ante Suecia e Inglaterra, totalizando cuatro convocatorias; y el segundo a disputar varias fases de campeonatos europeos en las categorías inferiores. Sólo pido que, en el futuro, a ningún personaje de grupos de la recerca histórica se les ocurra proponer la eliminación de sus nombres porque defendieron el fútbol nacional en tiempos del franquismo.

A ambos les vi jugar desde sus principios. En Burriana, allá por 1959 cuando sólo tenía 18 años de edad, comenzó mi carrera radiofónica profesional en la entrañable emisora La Voz de Burriana, ubicada en el convento de la Merced, y allí inicié ya mi actividad en la información deportiva y por eso cualquier noticia de esa localidad a lo largo de los años me ha producido siempre un positivo efecto. Incluso fui mantenedor de la fallera infantil en 1974 y de la fallera mayor en 1996. Por todo ello me permitirán decir que debo felicitar al Ayuntamiento por esta justa decisión de honrar a estas dos personas que han llevado el nombre de su ciudad a gala y siempre han presumido de burrianenses.

Canós fue un defensa de los que esgrimía más regularidad en el fútbol español. Sus muchos años de permanencia en el Elche así lo ratificaron. Fue un deportista ejemplar, nada conflictivo, muy querido por los aficionados ilicitanos y de indudable calidad. Canós podía definirse como un gran jugador de club y, prueba de ello, son las doce temporadas que defendió la camiseta verdiblanca (hasta su retirada en 1976) , diez de ellas en Primera División.

A Planelles lo he visto mucho más. En el magnífico libro En el escudo de tu historia, de Conrado Marín y Miguel Ángel Serer, se recogen unas palabras que aparecieron en una publicación local del también burrianense Roberto Roselló, que lo definió muy pronto y muy acertadamente como un jugador de clase pura: «Como las auténticas figuras, juega siempre para el equipo, desinteresándose del lucimiento personal. Sus pases son siempre matemáticos y frecuentemente geniales. Es un jugador que durante un partido da varios goles hechos a sus compañeros, aparte de los que hace. Todos admiran las portentosas virtudes futbolísticas de esta futura estrella, tras cuyo fichaje andan los mejores clubes de España».

El Madrid fue quien se llevó el gato al agua y, apenas cumplida la mayoría de edad, alcanzó la titularidad en un equipo cuajado de estrellas. Panelles irrumpió en un momento del fútbol español en que este pasaba no sólo del fútbol rústico, sobrio y fuerte en lo físico, a un fútbol en que comenzaba a adquirir gran protagonismo la técnica, y en él se juntaban la fuerza con su peso y su altura y una depurada técnica. Eran tiempos en que el futbolista buscaba la formación universitaria, una mejor preparación física y pensar en que el liderazgo no era cosa sólo de los más veteranos, sino que lo podían ejercer los jóvenes. Quizá todo ello fue la razón por la que salió del Madrid, en el que posiblemente, de haber continuado, se hubiera convertido en un mito.

Planelles jugó asimismo en el Valencia y luego en el Zaragoza. Y debo contar que por circunstancias especiales no llegó a fichar por el Barcelona, puesto que siendo entrenador de ese equipo quien lo había sido del Castellón, Lucien Muller, el técnico francés se puso en contacto con él cuando vio interrumpida su carrera por una grave lesión en Zaragoza y le dijo que tan pronto se recuperara que le llamara porque se lo llevaría al club azulgrana, circunstancia que no llegó a producirse porque Muller fue cesado meses más tarde. Fíjense lo que hubiera supuesto que un jugador, además de militar en un equipo de su tierra, hubiera pertenecido a tres grandes: Madrid, Barcelona y Valencia.

Pero igual que por sus excelentes condiciones futbolísticas, Canós y Planelles poseen grandes condiciones humanas. Han creado magníficas familias, han querido vivir en su pueblo, con sus gentes, vibrando con sus alegrías y compartiendo sus disgustos, respirando el azahar de sus calles y todo ello ha propiciado que ahora su Ayuntamiento haya querido honrarles. Porque como dijo un gran poeta castellonense «la terra de la seua terra ha sigut la pols del seu camí». 

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