Fabresa emana distinción con las series 'Etna', 'Orion' y 'Balvis'

Fabresa, empresa fabricante de revestimientos cerámicos con sede en Llucena y con una dilatada trayectoria en el sector, cuenta con varias novedades en su catálogo de productos, que presenta en Cersaie, el salón internacional más importante del azulejo. Se trata de una serie de nuevas propuestas que pone al alcance de todos sus clientes, caracterizadas por su sello de identidad, el pequeño formato. Entre las propuestas que exhibe en Bolonia destacan tres, Etna, Orion y Balvis. En ellas confluyen las tendencias estéticas actuales y las necesidades reales del mercado.

En lo más profundo de la Tierra, donde las fuerzas titánicas de la naturaleza se desatan con un poder inigualable, se encuentra el corazón ardiente de un volcán. Así nace la serie Etna, con una nueva textura rústica y acabados oxidados y cementados en combinación con aplicaciones de granilla brillante. El poder de un volcán puede ser devastador, alterando paisajes y comunidades enteras. Sin embargo, también es una fuerza creativa, ya que los minerales y nutrientes liberados por los volcanes enriquecen el suelo permitiendo una nueva proliferación de la vida. Así la serie Etna surge con nuevos relieves en combinación con texturas brillo-mate para recordarnos la fuerza inmensurable de la naturaleza y su capacidad para moldear nuestro mundo.

Por otro lado, la serie Orion combina tonos naturales con acabados tornasolados que hacen las delicias de los interioristas más creativos. Sus delicados destellos evocan la paz trasmitida al mirar las constelaciones en las noches despejadas, al tiempo que nos descubre la perspectiva infinita del universo y de la creatividad del ser humano.

Decorados tradicionales

En un lugar donde la tranquilidad y la nostalgia se entrelazan armónicamente, nace la serie Balvis evocando decorados tradicionales que transportan a las masías y villas mediterráneas. En medio de campos ondulantes y paisajes que parecen detenidos por el tiempo, los recuerdos cobran vida como viejas fotografías en blanco y negro. En este rincón antiguo y sereno se puede reconectar con los recuerdos más íntimos y apreciar la belleza intemporal de la vida en el campo. Es un lugar en donde el pasado y el presente convergen recordando la importancia de valorar lo que realmente importa en esta vida.