Los responsables de la Asociación para la Protección de la Naturaleza y los Animales (Aana) se negaron ayer a abrir las puertas de la perrera municipal de Burriana a la Policía Local, acompañada por la empresa adjudicataria del servicio de recogida de perros. Los responsables de la protectora dijeron que no permitirán el paso hasta que el Ayuntamiento conteste a la petición formulada la semana pasada para concederles dos meses de plazo y reubicar a los 52 perros que tienen a su cargo, con el fin de evitar que sean sacrificados.

El Ayuntamiento había emplazado a los representantes de Aana para que se personaran a las diez de la mañana con el fin de ejecutar la orden de cese forzoso de la actividad dedicada a local para la estancia temporal de animales. La presidenta, Nanci Melchor, señaló que la orden iba dirigida a un miembro de la asociación, pero en ningún momento se le había notificado oficialmente a la entidad, que fue la que en su día obtuvo el permiso para utilizar la perrera municipal. La Policía Local, ante la negativa de abrirles para que la empresa adjudicataria del servicio se llevara los perros, comunicó que las instalaciones se encontraban precintadas.