Quizás durante siglos, en Vistabella, nadie oyó hablar del Archivo del Reino de Valencia, pero desde hace casi 20 años una decena de vistabellanos intenta recuperar la historia de un pueblo que se niega a olvidar su pasado. Fue en 1986 cuando Eduard Fabregat comenzó a interesarse por ciertos rumores que apuntaban a que Vistabella fue en sus inicios Adeba, la ciudad que ya el geógrafo griego Claudio Ptolomeo citaba en sus textos referentes a los asentamientos más importantes de Ilercavonia. Tal y como pudieron averiguar José María Fernández Núñez y su grupo de investigación junto a Fabregat, Ptolomeo ya hablaba de Cartaghus-Vetus, hoy Cantavieja, Bisgargis, situada en el término municipal de Morella, Theana que corresponde hoy a la Jana o Thiar-Julia, en la actualidad Traiguera. El único lugar que parece aún hoy no estar del todo situado es Adeba, que puede corresponder a la actual Vistabella.

Después de un costoso trabajo de investigación realizado por Fernández Núñez, se consiguió interpretar hasta ocho documentos del Archivo del Reino de Valencia relativos a Vistabella. A pesar de la inteligibilidad de partes de los textos, el conjunto permite constatar fehacientemente la existencia de un castillo en Vistabella (hoy desaparecido por completo), rumor que siempre se ha trasladado en el pueblo de generación en generación. En la obra Ecos de Vistabella, Fernández repasa la historia de la población y lanza las primeras hipótesis relativas a la existencia del castillo y al pasado más remoto de la localidad que queda estrechamente ligado con Adeba.

Parece que hasta hoy nadie había investigado sobre la posible relación entre Vistabella y aquella Adeba. Pero no es así. Este grupo de investigadores ha trabajado en silencio durante años para poder recopilar la información necesaria para llegar hasta el punto en que hoy se encuentran. El mismo Quique, con la colaboración de Fabregat, recordaba en la historieta de humor publicada por Mediterráneo en el verano del 2003, que en Vistabella se encontraron restos de poblados íberos fechados entre el 7000 y el 2500 antes de Cristo.

Aunque no se sepa con exactitud los años que han pasado desde aquella Adeba hasta hoy, han sido demasiados. Un pueblo no debe olvidar su pasado, y menos si es tan glorioso como el del vistabellano. Suerte que algunos curiosos mantienen las ganas por saber qué ocurrió en el lugar donde hoy transcurre su vida.