El altar de la Aurora fue ayer el escenario de las primeras comuniones celebradas en la iglesia Arciprestal de Vila-real este año, debido a que el altar mayor está obstaculizado por el andamio de las obras de la cúpula.

Mosén Vicent Gimeno, de la iglesia Arciprestal Major Sant Jaume, explicó que finalmente se había elegido el altar de la Aurora como nuevo enclave para las comuniones, "debido a que éste no está ligado a ninguna congregación o asociación en concreto".

Por este motivo, se ha considerado que es el emplazamiento que más puede satisfacer a todos los asistentes a las celebraciones.

Aproximadamente una treintena de niños y niñas recibieron ayer el sacramento de la comunión. Según mosén Gimeno, "todas las familias han asumido con paciencia el hecho de que el altar Mayor esté de obras", y añadió que el número de niños que tomarán la comunión en la Arciprestal este año, y que son unos 120, "es similar al de otras ocasiones". Pese a que los trabajos en el interior de la cúpula ya han finalizado, el andamio de grandes dimensiones deberá permanecer todavía instalado durante unas semanas para culminar las tareas que afectan al exterior del edificio.

En esa parte de la iglesia se está procediendo actualmente a la restauración del tambor de la cúpula, así como a la renovación de las ventanas.

Por lo que afecta al tambor, se están reparando las llagas que han afectado a las piezas de caravista, mientras que en el caso de las ventanas, se están adornando con marcos de alabastro.