Los doce peregrinos del municipio castellonense de Les Useres han emprendido hoy junto a su guía, como cada último viernes de abril, el camino hasta la ermita de Sant Joan de Penyagolosa, en una singular procesión penitencial marcada por el riguroso silencio que los penitentes tendrán que guardar hasta mañana, cuando regresen al pueblo.

Els pelegrins de les Useres han iniciado el camino sobre las 8.00 horas, precedidos por el personal de ayuda -depositario, cocinero, aguador-, las promesas, el guía, el sacerdote, un representante del Ayuntamiento, tres clavarios y tres cantores que, a lo largo del camino, van entonando melodías medievales con las que solicitan las gracias divinas.

Esta es una tradición muy arraigada en la comarca y que sigue un estructurado procedimiento, que pervive sin cambios desde el siglo XIV, y que tiene establecidos de forma secuencial, precisa y ordenada cada una de sus celebraciones, descansos, comidas y actos.

La peregrinación se hace en estricto silencio, únicamente acompañado por un grupo de cantores que entonan antiguas melodías tradicionales tonales en las que la voz es el único instrumento utilizado.

Al paso de la procesión, los vecinos barren y adornan la senda de flores y hojas verdes para homenajear a los trece peregrinos y su séquito, aunque algunos de los vecinos también acompañan a los penitentes durante algún tramo del camino.

El camino de los Peregrinos de Les Useres es un recorrido tradicional preestablecido a lo largo de 35 kilómetros aproximadamente, y con un desnivel acumulado de más de 1.000 metros.

En la peregrinación anual, suben desde Les Useres hasta el santuario de San Juan de Peñagolosa, situado en el parque natural del mismo nombre, parando a San Miguel de las Torrecelles, donde celebran misa y descansan.

En el sinuoso trayecto, atraviesan los términos municipales de Les Useres, Lucena del Cid, Xodos y Vistabella del Maestrazgo.

Durante la peregrinación y mientras pasan por diversos términos municipales y ermitas, se invoca al santo titular de ese lugar y se reza por sus antepasados difuntos y por el Papa.

Así, en Les Useres se invoca a San Juan Bautista; cerca de la ermita de San Miquel de les Torroselles perteneciente al término de Lucena, se invoca a San Miguel Arcángel; cuando están en las proximidades de Xodos se invoca a San Pedro Apóstol y cerca del santuario de San Joan de Penyagolosa se vuelve a invocar a San Juan Bautista.

En la ermita de Sant Miquel de les Torroselles, los peregrinos celebran la eucaristía, descansan y comen.

Por la noche, después de haber descansado cerca de Xodos, llegan a San Joan de Penyagolosa, donde se descalzan, entran en la ermita y se celebra una procesión con la imagen de San Juan Bautista.

Después los peregrinos pasan la noche en una humilde habitación que llaman "la cova dels pelegrins", cenan y por la noche rezan con los cantores las completas y el santo rosario.

A la mañana siguiente, los peregrinos escuchan misa, y salen hacia la una de la tarde de vuelta hacia Les Useres, adonde llegan por la noche portando cada uno un farol. Tras llegar al templo parroquial, finaliza la peregrinación.

Además del sentido religioso y místico, el camino ha servido como vía de comunicación comarcal desde antaño. Por este motivo, en algunos tramos coincide con distintos caminos ganaderos y es posible encontrar a lo largo del recorrido varios yacimientos arqueológicos, masías, ermitas, castillos, fuentes y "peirons".

El camino discurre a través de un paisaje formado por escarpadas lomas dispuestas paralelamente en la costa, con profundos barrancos y amplias áreas de matorral, carrascales y pinares.