El estudio de Cantabria, reclamado por los municipios durante meses, finalmente se presentó el 21 de julio de este año. El informe está destinado a detectar los principales problemas que ocasiona la erosión desde Burriana a Sagunto y aplicar soluciones para frenarlos. Según el autor del informe, Raúl Medina, las actuaciones empezarían a ejecutarse de sur a norte y el objetivo es conseguir que las playas afectadas tengan un ancho mínimo de 30 metros, ya que, ahora, “el 50% de ellas no disponen de esta anchura”.

El catedrático también apunta que los 26 kilómetros sobre los que se intervendrá son los que más erosión registran del Mediterráneo. No obstante, este es un problema que afecta a la fachada marítima castellonense. En la presentación del informe, el director general de Sostenibilidad, Pedro Antonio Ríos, aseguró que se estaba trabajando en otro documento para actuar entre Vinaròs y Almassora. Precisamente esta última localidad y Benicarló son dos de las más críticas con la falta de trabajos contra la feroz regresión.