Cerca de 12.000 personas de todas las edades tomaron ayer parte en el acto de fe más popular de Benicarló: la procesión del Cristo del Mar. En medio de un silencio roto solo por el acompasado retumbar de los tambores y bombos, la multitud discurrió en ordenado pasacalle acompañando a la venerada imagen en su corto peregrinaje desde la parroquia de San Pedro Apóstol, donde preside el altar durante el resto del año, hasta el templo de San Bartolomé, lugar donde se alojará hasta el próximo Domingo de Ramos, cuando sea devuelto de nuevo a su puesto habitual.

Como comentó mosén Canelles, rector de la parroquia San Pedro, el rito religioso conmemora la llegada del Cristo milagroso a las costas benicarlandas. “En 1650, César Cataldo, un reo liberado de la cárcel de Túnez, navegaba en un barco mercante y el viento en contra le impidió avanzar en su viaje, algo que interpretó como la señal de que tenía que atracar en nuestra población, que por aquel entonces sufría el azote de la peste bubónica. A su llegada, fue recibido por las autoridades y los vecinos del municipio y acompañado hasta la iglesia, así nació la primera procesión que se ha convertido en una tradición, como muestra de fe y gratitud, pues, poco a poco, una vez la imagen tocó tierra, los casos de peste fueron disminuyendo hasta desaparecer”, recuerda con emoción mosén Canelles.

Hoy, además, se iniciará la novena en honor del Cristo del Mar que será clausurada por el Obispo Xavier Salinas. Se da la circunstancia de que será la última que se celebre en el templo parroquial de San Bartolomé, al menos hasta dentro de unos años, pues como apuntó su rector, mosén Carlos García, se cerrará al culto para que se lleven a cabo los trabajos de restauración pertinentes para alojar, después, la exposición de La Luz de las Imágenes.

“Los oficios religiosos se trasladarán a la iglesia de Santa María del Mar para no interferir en las actuaciones que se llevarán a cabo, pero en San Bartolomé seguirán las actividades de la parroquia, tales como la catequesis, los cursillos prematrimoniales o las obras de caridad”, indicó.