El alcalde de Borriol, Silverio Tena, espera arrancar el próximo año con nuevos presupuestos, después de un ejercicio, este 2015, con los presupuestos prorrogados. Una complicada situación financiera que heredó cuando tomó la vara de mando el pasado mes de junio. De momento, el equipo de gobierno ya ha recibido el estudio del interventor sobre las previsiones municipales de gastos e ingresos, que les debe servir de guía para empezar a confeccionar las cuentas.

“Esperamos empezar el año con presupuestos nuevos, aunque para ello necesitamos el apoyo de Veïns de Borriol”, remarcó Tena. Y es que Compromís necesita el apoyo de la agrupación de Jordi Carballeira, con la que gobierna en coalición, para poder sacar adelante la hoja de ruta de los gastos, ingresos e inversiones para el próximo ejercicio.

El objetivo del equipo de gobierno es estabilizar los números, después del “agujero” al que han tenido que hacer frente al llegar al consistorio, tras descubrir facturas sin pagar por valor de 800.000 euros de la época del PP. “Estamos priorizando pagos, haciendo frente a los más antiguos y a los de menor cuantía que afectan a pequeños proveedores, porque entendemos que para ellos esa deuda es significativa”, explicó el dirigente de Compromís.

Hasta el momento, el consistorio ha hecho frente, aproximadamente, al abono de unos 400.000 euros, mientras que prevén hacer frente a la cantidad que resta entre finales de este año y, en especial, entre enero y febrero, “porque es cuando una mayor recaudación entra en el Ayuntamiento”, apuntó el munícipe.

DEUDA PRINCIPAL // El principal montante de reintegros pendientes de pago afectan a las empresas encargadas de la basura, el reciclaje y la luz, ya que algunas de ellas acumulaban, según Tena, impagos de hasta siete meses. Además, otras facturas que han tenido que liquidar han sido las de las empresas proveedoras de servicios para las fiestas, “ya que les debíamos las de Sant Vicent y tuvimos que pagarles para que nos sirvieran para las celebraciones del pasado mes de agosto”.

A estos impagos, se suma la deuda cercana a los tres millones de euros que Compromís halló al acceder al gobierno municipal, lo que supone un “lastre”. H